La flautista Marta Mansilla ha acortado el nombre de su aventura protagónica de Eme Eme Project a solo Eme Eme, que suena más sustancial y seductor, pero este segundo trabajo de la formación madrileña prolonga el sendero y la siembra que fijó hace un par de años largos su ya muy ilusionante estreno, aquel Pacemaker. Las coordenadas están ahora más afianzadas y definidas, aunque mantienen dos ejes conductores comunes, los excelentes y eclécticos teclados del últimamente hiperactivo David Sancho –por lo demás, pareja de la líder del quinteto– y las percusiones y producción de amplio espectro a cargo de Pablo Martín-Jones, a quien siempre asociaremos con la banda de Eliseo Parra pero que se está doctorando (y no hay más que escuchar este artefacto que hoy nos ocupa) en el territorio de la munición electrónica.

 

Mansilla ha optado por un latinajo precioso y no en exceso trillado, “Mutatis mutandis” (“Cambiando lo que hay que cambiar”), para simbolizar esta puesta al día de sus coordenadas como jefa de operaciones. No hay volantazos ni grandes movimientos bruscos, sino una fascinación indisimulada por ese jazz de fusión que afianzó sus raíces allá por la década de los setenta y que en manos de estos cinco artistas intrépidos sigue sonando motivador, sagaz e ilusionante. Y nada más identitario en ese sentido que la voz de At. One, alias artístico del todoterreno Antonio Tomás Sepúlveda, un caballero español y barbado que lleva tres lustros largos aportando una pátina de góspel cada vez que eleva la voz y que aquí, desde la inaugural Eme eme song, logra evocar incluso el espíritu de aquel Stevie Wonder en estado de gracia en tiempos de Songs in the key of life. Mutatis mutandis, evidentemente.

 

Marta (a la que hemos visto a menudo a la vera de María Peláe, por cierto: está claro que solo el jazz sigue sin dar para vivir en España) dirige, compone y marca las directrices, pero no pretende ser invasiva con su flauta ni incurrir en florituras absurdas solo por demostrarse y demostrarnos quién se encuentra al frente de las operaciones. Intersección estilística entre Jorge Pardo, Dave Valentin o Steve Kujala, su música recuerda a ratos también a Chick Corea (que grabó con Kujala, de hecho) y a la gran tradición del soul-funk. Es normal, en ese contexto, que la banda opte por el inglés, aunque resultaría muy estimulante escucharles alguna vez también en su lengua madre. Quién sabe. Por qué no.

 

Las propias travesuras heterodoxas de David Sancho en solitario también se filtran en Mutatis…, aunque Mansilla parece menos interesada que su pareja en los guiños a la música más urbana. El resultado es en cualquier caso abrasivo: absorbe las enseñanzas de los viejos maestros pero también sabe sonar vanguardista, e incluso al oyente más entrenado le costará dirimir si se encuentra ante una formación europea o estadounidense. Bien por los valientes.

 

 

Eme Eme estrenan ‘Mutatis mutandis’ en directo el domingo 23 de febrero en la Sala Villanos de Madrid

4 Replies to “Eme Eme: “Mutatis mutandis” (2025)”

  1. De las bandas más potentes de Madrid y seguramente del país!!! Lástima que no se les dé la oportunidad de tener más proyección en los medios y a nivel comercial.
    Gracias por tan buena reseña y por la recomendación, Fernando!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *