Aclaración inicial: Christian era el apellido de los tres hermanos que fundaron este grupo menor pero delicioso, no necesariamente la religión que profesara ninguno de ellos. Pero no les iba mal el apelativo, por esas casualidades de la vida. Había algo de beatífico en su planteamiento, sobre todo el un primer sencillo tan bienintencionado y angelical como Ideal world. Hablamos sin retintín: pasan los años y sigue manteniéndose como una delicia de pop-soul meloso con grandes segundas voces. Tal que si los Temptations hubiesen pasado por el túnel de lavado del blue-eyed soul y cambiasen sus aparatosos pantalones de campana por unos vaqueros ochenteros como Dios mandaba de aquella.
The Christians fue un debut pletórico que la memoria tiende a minusvalorar. En la parte objetiva, consignemos que despachó un millón largo de ejemplares, se convirtió en el debut más exitoso de Island Records en toda su historia y dio margen a nada menos que cinco sencillos, nada mal para una colección de nueve canciones. No solo sobresalía la cándida Ideal world. En la elegantísima Born again encontrábamos un canto a la amistad frente a las miserias de un entorno despiadado, retrato de aquella Gran Bretaña hostil, aún bajo las garras del tatcherismo, que también asomaba en Hooverville. Sin llegar a abrazar la fiereza de una banda política, quedaba así claro que los Christians no eran amigos de la complacencia ni del silencio cómplice.
Y sí, claro que se notaba que de la producción se encargaba Laurie Latham, el mismo que había dulcificado el soul de aquellos primeros discos (No parlez, The secret of association) de Paul Young. El sonido puede que ahora resulte demasiado aparatoso y robótico, pero ello no priva de excelencia a When the fingers point o Forgotten town, temas eminentemente sólidos que siempre salían de la firma del teclista, Henry Priestman; el único de la formación inicial que no integraba la fraternal triada.
Más allá de los dos temas finales (One in a million y Sad songs), que desinflan la entrega, pervive un álbum casi redondo, la consagración de un vocalista excelente y carismático (Garry Christian) y el recuerdo de unos años cándidos, en los que soñábamos con Salvar un alma en cada ciudad, como el tema que cerraba la cara A. Mucha más sustancia de la que muchos creían recordar.
Qué sorpresa encontrar esta reseña. Fue uno de mis discos de cabecera, conservo el vinilo y sigo escuchando todavía algunas de las canciones. Todas son buenas, y las armonías vocales extraordinarias. Solo discrepo en que “One in a million” me parece que no desinfla ni desentona, pero es cuestión de gustos, claro. Por cierto, curioso que el grupo lo formen los hermanos Christian (Cristiano) y el teclista Priestman (Sacerdote). Gracias!!
Amén, Manuel! 😉 Y mil gracias por leer la reseña y comentar y compartir tus impresiones.
Y no olvidemos sus versiones de Harvest for the world, Ferry Cross the Mersey o The bottle.
Con esa voz y esos arreglos elegantes podían hacer cualquier cosa y salir airosos. Hay que tener mucha seguridad para afrontar Inner City Blues…
Entre 1987, año de su debut , y 1992 cuando publicaron su tercer álbum (que es un buen disco), pasaron algo más que 5 años…
Su música blue-eyed-sooul dejó de encajar y sin embargo artistas como Seal recogieron su testigo.
De todas, yo creo que la mejor es When the fingers point
Ese disco ha aguantado muy bien el paso del tiempo , es muy sólido y completo, en especial para un disco de debut de un grupo que parecía surgir de la nada; aunque Prietsman ya era un gran compositor de canciones y luego seguiría siéndolo. Estoy de acuerdo en que Born Again” es su mejor tema (a muchos grupos de más renombre les gustaría tenerlo en su repertorio) y el resto , temas muy bien construidos, yo diría que casi todo el disco.
Su disco de 1990 Colour” también es muy recomendable, algo menos innovador y arriesgado, pero sin duda hay un puñado de grandes canciones. Se nota el talento compositivo de Prietsman a la primera escucha,. Creo recordar que en ese LP figura Words” que es una gran canción. Merece la pena escucharlo con atención y dar una oportunidad al comentado album de debut. Por cierto es una ganga que puede encontrarse en algunas tiendas en vinilo para aquellos que no lo conocieron en su época pasada.
Puede encontrarse sin mucha dificultad a muy buen precio, sí, y merece la pena. Gracias por ser siempre tan amable y generoso con tus comentarios, Álvaro.