Indecisiones. No resulta nada sencilla la disyuntiva sobre con qué trabajo de Jim Croce quedarnos, así que podemos hacer un poco de trampa y abrazar (con gusto) esta colección que abarca la práctica totalidad de su discografía, más allá de un antecedente grabado junto a su esposa que no alcanzó mayor trascendencia. James Joseph Croce había tenido tiempo en apenas dos años de ventilarse estos tres trabajos quintaesenciales, pero un accidente de avioneta nos dejó para siempre sin él. Y sin posibilidad de conocer cuáles habrían sido sus pasos siguientes, una frustración tan irresoluble como dolorosa cuando hablamos de un artista de 30 años y en estado de gracia.

 

Suena casi egoísta, pero la rabia por no haber conocido más canciones de Jim es la misma que asalta cada vez que tropezamos con genios fugaces y desdichados; desde Buddy Holly a Sam Cooke en los años seminales, pero con sentidísima escala posterior en aquellos a los que ya pudimos llorar en persona: Jeff Buckley, Amy Winehouse. Croce era un talento natural y puro, un hombre de la calle que hizo un poco de todo para su sustento antes de conseguir ganarse la vida con la guitarra entre los dedos. Provenía del ragtime y el country, lo que se nota bien en las piezas más animadas (algunas, como Speedball trucker o la mítica Bad, bad Leroy Brown, irresistibles), pero quizá fuera en las sentidísimas baladas donde su talento resultara más incontestable.

 

La muy hermosa Time in a bottle triunfó con carácter póstumo, por aquello de adquirir en esos momentos un amargo significado de autenticidad: en la nónima de fugacidades, la primera de todas es la de la vida misma. Otras, como la fabulosa These dreams o esa California rain que habría bendecido James Taylor, merecen un ejercicio urgente de escucha. Nos quedan sus discos. Y los de su hijo, por cierto, el extraordinario A. J. Croce, dueño de una trayectoria extensa y alérgica a los aspavientos, pero deliciosamente refinada.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *