Este disco no pasará a los anales de nada, tranquilos, pero es una pequeña, pasajera y gozosa delicia. Un entretenimiento rabiosa, endiabladamente divertido. Pentatonix es un quinteto, como sugiere su nombre, especializado en la música vocal o a capela, una disciplina que, no por ya conocida, deja de proporcionar argumentos para el asombro. Y estos muchachos de Texas los ofrecen, y muchos: a ratos cuesta creer que no haya un bajo eléctrico en la sala, pero aún son asombrosos los momentos en que creemos escuchar arreglos de cuerda. Y no, aquí solo hay lugar y baza para cinco gargantas, a la manera de bandas que, como The Nylons o The Bobs, en su momento gozaron de predicamento entre los más enterados del lugar. No hay asomo de elitismo en Pentatonix, en cambio; al contrario, provienen de un concurso televisivo de talentos y aquí remedan y juguetean con éxitos tan recientes como “Havana” (quizás lo mejor del disco), “Issues” o “Perfect”. Ah, y la mayor de las ocurrencias, la de fusionar en el mismo tema el “Despacito” de Luis Fonsi con “Shape of you”, de Ed Sheeran. Funciona, palabra que sí. Como funcionan en su gran mayoría estos 35 minutos fugaces pero agradecidos.

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