De niños, era casi imposible no estar enamorados de Randy Crawford. No de manera exclusiva, claro, pero un poco sí. Conocerla otorgaba una cierta distinción, porque nunca llegó a ser popularísima, y mucho menos por estas latitudes. Era guapa y un punto exótica. Refrendaba nuestra pasión temprana por la música negra. Y, por encima de todo, era dueña de un vozarrón como se han escuchado pocos: racial y poderoso, pero siempre bien modulado. Una Roberta Flack más joven. Una Tina Turner menos volcánica.

 

Nunca llegó a haber un disco inmaculado de Randy, y quizá ese detalle, el de la obra inapelable, jugó en su contra. También, tal vez, una cierta indefinición estilística: era tan buena en el rhythm and blues, pero también en el pop, los standardso los ritmos brasileños, que los críticos no acababan de ubicarla con precisión en ninguno de los bandos. Y ya se sabe que etiquetas y casilleros facilitan la comprensión de los productos, aun con el riesgo cierto de homogeneizarlos.

 

Hubo discos entrañables, incluso adorables, con antelación: el primero de todos, Everything must change (1976), que se atrevía hasta con una versión muy heterodoxa de Don’t let me down, de los Beatles; o el inmediatamente anterior a este, Now we may begin (1980), con la producción rutilante de Joe Sample, que para eso acababa de utilizarla en el mayor éxito de los Crusaders, la fabulosa Street life. Pero con ningún trabajo anduvo tan cerca de acariciar el cielo como con esta Combinación secreta, quinto disco de un repóquer inicial atractivísimo, ahora con el cotizado y sedoso Tommy LiPuma dirigiendo las operaciones.

 

Es difícil imaginar un comienzo tan cálido y pasional como el de You might need somebody, donde cada frase de la de Georgia es una lección de canto. El amor hacia su estado natal, precisamente, se transmite mediante su impecable lectura de Rainy night in Georgia, igual que la pátina tropical asomaba por Rio de Janeiro blue. La carrera de Crawford languideció a partir de esta entrega, pero queda el recuerdo de esa más que justificada sonrisa perfecta.

2 Replies to “Randy Crawford: “Secret combination” (1981)”

  1. Cómo me gustaba el solo de flauta de Rio de Janeiro blue! El disco entero me gustaba mucho. Saludos, Fernando, gran trabajo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *