Antes de nada, para quienes no estén familiarizados con su nombre, empecemos por el necesario ejercicio de geolocalización. Gorka Urbizu, navarro de Lekunberri, ha esperado hasta los 47 años para animarse a abordar este debut en solitario, aunque hablamos de un viejo conocido para la escena euskalduna: durante el último cuarto de siglo permaneció al frente de Berri Txarrak como cantante, compositor y guitarrista. Lo llamativo de este estreno en primera persona es su firme determinación de caminar casi de puntillas, sin sencillos de adelanto y con una producción cruda, sobria y pausada en la que no hay un solo aspaviento, sino la apuesta por el discurso carente de florituras y directo al tuétano. El título, Hasiera bat (Un comienzo), es elocuente por lo que implica de reformulación y reseteo, e invita a abrir los oídos y descifrar este cancionero reposado, íntimo, genuino y precioso.
No, no será este un trabajo que movilice a grandes masas de urbizus frente a los escenarios, pero su honestidad elocuente e innegociable acaba resultando conmovedora. Gorka tira de memoria sonora y traza, seguramente de manera sobrevenida, un mapa emocional en 10 capítulos, una autobiografía a partir de influencias y recuerdos. Esas guitarras radiantes de Teoria bat, las segundas voces y algún giro armónico lejos de lo predecible nos colocan en dirección hacia la Costa Oeste, igual que Tren bat, con el pulso firme del bajo, evidencia una mayor masa muscular y el alboroto de Toki bat puede servir como evocación de aquellos cada vez más lejanos años mozos. Ante ese proceso de aceleración en el torrente sanguíneo, la cara A echa el cierre con el giro evidente de Janela bat, una balada netamente contemplativa por mucho que la batuta siga sosteniéndola una guitarra eléctrica.
La segunda mitad mantiene ese nivel elevadísimo gracias a Kolore bat, de batería seca y bajo cantarín y galopante: la más nítida demostración de que el formato poco arropado y sin florituras puede resultar a la postre adictivo. Pero no hay mejor ejemplo de ello que Etxe bat, el auténtico tesoro agazapado, un corte para la evocación tristona y evoadora con el solo acompañamiento de unos arpegios de guitarra y un tenue, mínimo teclado en el tramo final.
Y así llegamos a Sute bat, donde la voz de Urbizu, vulnerable pero de tesitura aguda, va incrementando paso a paso su expresividad con ayuda de esas guitarras punzantes y de algún verso recitado. Hasiera bat es un pequeño disco muy grande, un tesoro que desenterrar para dejarlo bien visible en mitad de la plaza del pueblo. Lástima que la edición, rigurosa y exclusivamente en euskera, nos dificulte el análisis y el disfrute a quienes no tenemos la suerte de conocer ese idioma. Pero ojalá el aplauso se extienda por todos los territorios y una reedición facilite la inmersión en este universo tan personal y atractivísimo.