Acabaremos perdiendo la cuenta del número de álbumes que este año evocan de una manera u otra a los imperecederos Prefab Sprout. “Blue motel” lo hace desde el mismo tema titular e inaugural, que sin ningún ánimo mimético trae a la memoria, por ambientación, texturas y espíritu, nada menos que “Cars and girls”. Podremos tomarlo como un guiño entre grandes creadores de canciones: Paddy McAloon será siempre uno de los más asombrosos que nos vengan a la cabeza, mientras que tras la inédita firma de Bart & The Bedazzked no se esconde sino el estupendo Bart Davenport, otro de esos autores que parece incapaz de firmar una pieza desatinada. Esta nueva entrega del californiano (nuevamente con conexión española: el sello vuelve a ser Lovemonk) evita el chisporroteo instantáneo, pero avala una agilidad envidiable para buscarles los meandros a las melodías (“Halloween by the sea”), para evitar las progresiones armónicas de siempre y vislumbrar nuevas perspectivas de nuestra vieja y querida Costa Oeste. La vocación del power-pop sigue ahí, el empeño por atraparte del pescuezo en esos tres minutos clásicos que pondera en su último libro el amigo Carlos Pérez de Ziriza. Pero también encontramos los sintetizadores sedosos de “The amateurs”, las pinceladas de saxo, las segundas voces etéreas de Nedelle Torrisi. Bart fue más directo hace cuatro años con “Physical world”. Ahora, más enigmático y seductor, a veces también un tanto nostálgico y agridulce, se erige en un misterio irresistible.

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