Allá en 1992, con Come on, come on, y puede que aún más con Stones in the road, en 1995, pareció que Mary Chapin Carpenter iba a convertirse en la nueva gran dama de la música campestre. Bien lo habría merecido: era una versión bondadosa de Lucinda Williams, como si la hubiéramos cruzado con Linda Ronstadt; ofrecía una preciosa voz granulada y un repertorio no ya solo impecable, sino en ocasiones muy pegadizo. Luego aquellas mejores expectativas nunca llegaron a cumplirse, pero MCC ha seguido encantándonos; disco tras disco, incluso aunque los últimos no siempre hayan sido sencillos de localizar.

 

Este hace el número 13 y, más que una antología, asemeja un pequeño y humildísimo homenaje, una mirada hacia atrás que no busca tanto apabullar como recapitular, tomar aire, esbozar un balance que casi parece un formulario de autoevaluación. Mary, 60 recién cumplidos, escoge un tema de cada uno de los 12 trabajos anteriores (¡que no es cifra pequeña!) y añade un único inédito, el 13, justo la pieza que da título al lote.

 

Pero el material añejo no es mera recopilación, sino revisión: todo el cancionero ha sido recreado bajo la supervisión del productor Ethan Johns, que vigila unos criterios de pureza y naturalidad acústica para los nuevos arreglos. Lo curioso es que Mary apenas recurre a sus piezas más celebradas, aparte de la bellísima The moon and St. Christopher (que también defendió Mary Black) o de Rhythm and the blues, y prefiere centrarse en tiempos medios, a veces escondidos en el repertorio (apenas recordábamos Jericho o Superman, sendas preciosidades) y casi siempre propicios para su registro más grave, evocador y contemplativo.

 

Los violines, guitarras acústicas, mandolinas y percusiones sutiles lo arropan y acarician todo, y todo termina sonando adorablemente cálido y cercano. En la fórmula del country-folk que siempre ha cultivado Carpenter, triunfa el segundo ingrediente y las praderas quedan esta vez orilladas. Así que no moveremos el pie a compás desde el sillón, pero el humeante café nos sabrá más rico que nunca.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *