El primer disco rockero de la historia que se grabó con equipos enteramente digitales cumple este año, glubs, su cuarta década. Se trata de “Bop till you drop”, el álbum que en 1979 registró Ry Cooder, y la circunstancia tecnológica no deja de resultar sorprendente; primero, porque aquel disco era una colección de añejos clásicos de ‘blues’ y ‘soul’ compuestos en los años 50 y primeros 60, y después, porque el guitarrista californiano abogaba por los métodos artesanales y en el último cuarto de su producción ha recobrado celebridad por grabaciones tan poco tecnologizadas como la del Buena Vista Social Club. Con todo, Reprise Records entendió que aquel era el momento de estrenar sus ultramodernos nuevos equipos digitales, una decisión que obtuvo una acogida desigual. La revista “Melody Maker” proclamó “Bop…” como segundo mejor disco del año (tras “Fear of music”, de Talking Heads, ¡nada menos!), mientras que el propio Cooder acabaría deplorando el sonido “poco vigoroso” de tomas como “Little sister”, un clásico menor de Elvis Presley. Pero, más allá de tecnicismos, podríamos pasarnos un día entero revisando estas nueve piezas, golosinas añejas relativamente poco conocidas a las que el después autor de “Paris, Texas” extrae todo el jugo. Sobre todo la maravillosísima lectura instrumental de “I think it’s going to work out fine”, una pieza de Ike & Tina Turner que reviviría nuevamente tres años más tarde en las voces de Linda Rondstadt y James Taylor. El toque de Ry es celestial, pero avisemos de que en su banda militaban entonces Jim Keltner y David Lindley, Chaka Khan incendiaba los coros y el falsete fabuloso de Bobby King iluminaba la gran fiesta final, “I can’t win”. Y todo eso, más que las circunstancias digitales, sí que es historia.

 

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