Xabier Díaz ha conseguido convertir la belleza en un fenómeno rutinario. Hace de la hermosura un acontecimiento cotidiano, una evidencia, una obviedad. Un sinónimo que podemos emparentar con su nombre, independientemente de cuál sea la orientación de cada nueva aventura. Esta vez orilla su faceta más étnica y pandereteira, al frente de las jóvenes y prodigiosas pandereteiras de Adufeiras de Salitre, y deja vía libre al cantautor que también habita en él, aunque su compromiso firme y permanente con las esencias folclóricas a veces difuminen la querencia por la creación propia. El resultado no es solo bello. Es adorable.

 

Ha querido el coruñés articular estas canciones en torno al concepto de nana, aunque ni es un disco temático ni mucho menos pensado para un consumo infantil o paternofilial. Hay mucha nostalgia y amor a los pequerrechos, sin duda; mucha evocación de tiempos cada vez más irremediablemente lejanos e irrecuperables, por mucho que las “laranxas máis laranxas” permanezcan “tatuadas na memoria” (Infancia querida). Es esta una de las piezas más bellas y también más morriñosas, por esa necesidad de mantenernos cerca de la “matria eterna”. Pero más que apelaciones a la chiquillería hay un empeño de superación y resiliencia en el álbum, sobre todo en ese Levantarse e caer titular en el que el Díaz escritor exhibe una capacidad de evocación que apenas le conocíamos hasta ahora.

 

Xabier agranda así un currículo impactante e inmaculado (Berrogüetto, Nova Galega de Danza, aCadaCanto) con las páginas más íntimas, personales e indagatorias de toda su trayectoria. No sabemos si se puede cantar mejor, porque él parece hacerlo sin un ápice de esfuerzo. Pero, por si faltara algo, Díaz sigue impartiendo lecciones sobre empatía al rodearse de aliados y cómplices que comparten con él sensibilidad y naturalidad para realzar aún más el resultado. Y en ese sentido hay que subrayar con tinta fosforescente las segundas voces de Antía Muíño (protagonista absoluta en la muy sentimental y atlántica O melro azul), el acordeón de Pedro Pascual y, claro, la producción y las guitarras de Josete Ordóñez, habitual de Eliseo Parra y de muchos otros, una incorporación fantástica con la que Xabier se atreve incluso a aflamencarse en María e a curuxa.

 

Levantarse e caer se erige así en brisa y luz, en un emocionante regalo. Hay un país sensible, integrador, que late y bulle, que integra lenguas, puntos cardinales y orillas oceánicas. Y ese país habita en estas 10 canciones con las que el cantor herculino muda de grande a gigante.

2 Replies to “Xabier Díaz: “Levantarse e caer (Arrolos e abrentes)” (2022)”

  1. Tierno sencillo grande , una infancia corta intensa alegre un camino recorrido y la sensibilidad a flor de piel ,muchos sentimientos atrapados en este trabajo.
    Gracias Xavier desde el corazón por todo tu trabajo . GRACIAS GRACIAS y mil veces mas

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