Son muchos años ya los que lleva bregando Emilio Rúa en los territorios de la canción de autor, no siempre con el reconocimiento merecido, y esta aventura de ahora suena a refrendo, a golpe en la mesa. Puede que incluso a “ahora o nunca”, aunque seguro que más tarde encontrará espacio para nuevos proyectos, más íntimos y pequeños. Con Rúa volvemos a enfrentarnos al factor periférico, porque la relevancia pública siempre resulta más complicada con el cuartel general en una ciudad como Ourense. Y en su caso puede influir una voz peculiar: aguda y a un tiempo frágil y poderosa; esforzada y ultrasensible, que se aparta de los cánones y a veces requiere de un periodo de adaptación entre oídos menos eclécticos. Pero “Duetos” es una abrumadora exhibición de fuerza, 16 colaboraciones de primerísimo orden que refrendan el predicamento de Emilio y su capacidad de convocatoria: entre los grandes del gremio (Víctor Manuel, Pablo Milanés, Luis Pastor, Javier Álvarez o, ¡cómo no!, Rozalén), pero también en territorios de vecindad tangencial (La Shica, Carmen París, Sole Giménez, Mercedes Ferrer) o incluso entre figuras rockeras tan respetadas como Carlos Goñi o, atención, Josele Santiago. La travesía, aun en sus casi 60 minutos de duración, es amenísima de puro variada: temas propios y ajenos, adaptaciones al gallego de temas que triunfaron en castellano (“De aquí á eternidade”, quizá lo mejor del disco) y la grata sorpresa de involucrar en la galleguidad a artistas que nunca se habían expresado en esta lengua. Josele sale muy bien parado en “Afástate y Rosa Cedrón, en tiempos integrante de Luar na Lubre, se aproxima a ¡Julio Iglesias! (“Se ti te vas”). Son ocho discos ya con Rúa y este de ahora es una clamorosa llamada de atención: tengámosle en cuenta.