A estas alturas ha dejado de tener sentido la estigmatización de los artistas provenientes de ese-concurso-musical-televisivo-en-el-que-usted-está-pensando, sobre todo porque los ejemplos que desmienten su vacuidad intrínseca, desde Amaia a Vega o Marilia Monzón, comienzan a ser abundantes. Pero puede que nadie hubiera visto venir la eclosión temprana de este cantante zaragozano jovencísimo, Juan José Bona, al que los seguidores de Operación Triunfo conocían más por su voz evidentemente extraordinaria que por el refinamiento de sus preferencias melómanas.

 

Bona ya había dado muestras precoces de su talento vocal tanto al ganar el Jotalent de Aragón Televisión como imponiéndose por dos veces en el concurso de jotas de las Fiestas del Pilar, pero asombra que con apenas 21 años haya sabido desarrollar un lenguaje y un imaginario tan propios y orgullosos. Tan genuinos, incluso desde su bisoñez y la imperfección evidente de unos textos sinceros, entrañables y descarnados, pero con margen de mejora.

 

El chaval de Magallón, un pueblito zaragozano de apenas 1.000 habitantes que simboliza, como tantos otros, la sangría de la despoblación rural, ha sabido rodearse de un puñado de artistas cómplices, sagaces e innovadores, pero no por ello este Recardelino deja de sonar personalísimo y revelador, un reflejo fidedigno de estética y temperamento que rezuma a la vez luz y desgarro, que no maquilla ni los orgullos ni los temores. Bona es dueño de una voz cálida, temperada, sentida y emotiva, en último extremo muy linda, pero no desaprovecha el tiempo con florituras y la pone al servicio de un pop-folk tan autoral como autóctono, una intersección de sensibilidades que va más allá del consabido folk electrónico que prolifera entre todos esos artistas de nuevo cuño –benditos sean– que aprenden de las enseñanzas de nuestros mayores para coger impulso con vistas a un futuro más alentador.

 

Lo de Bona no es tanto esa transformación novosecular de lo ya existente como el desarrollo de un discurso íntimo que se impregna de los aromas de todos sus aprendizajes terruñeros. Lo suyo es pop cándido bañado de los melismas de la jota, una veneración por los orígenes y la raíz que se extiende a todo: desde ese pájaro cantor típicamente aragonés que da título al álbum (y cuyo trino se erige en leit motiv del discurso) a los ecos populares y callejeros de las bandurrias, la apelación explícita al terruño (Virgen de Magallón, el rescate de la pieza popular La magallonera) o el repaso de parte del árbol familiar que se traza en Mis tías, un ejemplo tan párvulo como entrañable. Y Juan José no se desentiende del compromiso autoral en ninguna de sus composiciones, aunque ha sabido rodearse de grandes exponentes del indie y las sensibilidades periféricas: producen dos sabios como David Soler y Marcel Bagés (con María Arnal, Guillem Gisbert de Manel o Zahara en su currículo) y ayudan en las composiciones Lucas de la Iglesia (Confeti de Odio), Fresquito (Fresquito & Mango) o Marco y Alicia (Cariño/El Buen Hijo). No tan mal.

 

Hay discurso, intención y mensaje en el cancionero de Juanjo, que menciona su entorno geográfico, exterioriza los miedos y estupores propios de una exposición tan temprana (Últimamente, La plaza y el río) y explicita los pronombres masculinos (Villano) a la hora de abordar los afectos, lo que entronca con esa perspectiva gay de la música tradicional que ya vienen representando Davide Salvado, Rodrigo Cuevas, Mondra, Dulzaro o, desde un enfoque progresivamente menos folclórico, Guitarricadelafuente. Las letras irán cogiendo consistencia con los años, pero el calor, la autenticidad y el compromiso de Juanjo Bona con la memoria, la naturaleza y el entorno se nos antojan encomiables. Igual que ejemplos musicales tan meritorios como la preciosa candidez de Golondrinas o el inesperado aire a pop clásico español que desprende Me sabe mal. Quizá no contásemos con ello, pero a este zagal no nos va a quedar más remedio que seguirle de cerca la pista.

 

16 Replies to “Juanjo Bona: “Recardelino” (2025)”

  1. un disco que mezcla la jota con el pop, lleno de sensibilidad, con letras preciosas y costumbristas.
    un regalo para los oídos.
    gran reseña.

  2. Este zagal ha removido mi espíritu estancado con el pasar de los años. Me ha devuelto a esperanza en la música actual, disfrutando de lo presente y añorando lo que ha de venir. Espero poder paladear como el buen vino la calidad de su trabajo por muchísimo tiempo.

  3. The voice of Juanjo reaches further than Spanish borders. The fusion between traditional Spanish music, (indie)pop and a magnificent voice makes Recardolino worth listening to over and over again. Traditional instruments and musical elements are transforming the songs into a fresh new concept which is also interesting for non Spanish speakers. We think that with songs as Villano, Golodrinas, Nuestra Forma de Hablar and Ultimamente Juanjo is creating an international spot for himself. For now we came to Spain from the Netherlands to hear the songs of Recardolino live but we expect Juanjo to go international in a couple of years.

  4. Juanjo es inmenso artista!!! Espero pronto verlo por Buenos Aires, Argentina, para el deleite de sus fans, ya declaradas, eternas…✨️🤍

  5. Qué grata sorpresa ver una reseña al disco de Juanjo en esta web, gracias por haberte tomado el tiempo de escuchar el album y compartir tus sensanciones que han sido las de muchos de sus fans. Solo remarcar dos detalles que me parecen importantes y complementan tu valoración: Mis tías no está dedicada en sí a sus tías de sangre, sino a las empleadas del Colegio Mayor donde él vivió cuando se mudó a Madrid a estudiar que lo acogieron como a un hijo más y con quienes hasta hoy mantiene una relación cercana y de familia. Creo que saber que le ha dedicado una canción a esas mujeres que también ha sido su primer single y la carta de presentación de lo que luego sería el album dice mucho del camino del proyecto. Y luego, Villano no aborda los afectos románticos sino que es una canción que se la dedica de alguna manera a sí mismo ya que el ha contado que la letra es en respuesta a todas esas críticas que ha recibido a lo largo de su vida (y especialmente durante su participación en el concurso) por tener una coraza y aparentar a primera vista ser alguien borde o con una personalidad que luego al conocerle se demuestra que no es su verdadero yo. Las canciones que sí abordan el amor romántico con perspectiva gay son La plaza y el río y Nuestra forma de hablar dedicadas a su pareja actual que van seguidas en el disco y casi parecen una sola canción por la melodía tan entrelazada que tienen. Espero que no moleste este comentario tan largo, solo quería aclarar esos dos puntos para que quizás ahora esas canciones las escuche con otra perspectiva. Concuerdo que las letras son párvulas y simples si se quiere así como entrañables y creo que eso es lo que hace tan bonito a este disco. Un chaval de 20 años escribiendo y cantando a corazón abierto sobre su vida, sin máscaras ni metáforas muy rebuscadas o artificiales, solo autenticidad, pero que como dijo, irá cogiendo más consistencia a medida que adquiera más experiencia y más vida vivida.

  6. ¿Cómo explicar que el alma se conmueva
    ante la voz de Juanjo Bona,
    que en su canto conjura lo eterno
    y despierta en mí una emoción ignota?

    Jamás imaginé que la jota,
    antigua, noble, casi olvidada,
    pudiera renacer vestida de pop,
    y, sin embargo, al oírla en su voz,
    mi piel se estremece, mi espíritu calla.

    Es prodigio que en tan joven ser,
    de apenas veintiún primaveras,
    resida una voz tan pura,
    casi celestial, de dulzura serena,
    que hace sencillo lo sublime,
    y natural, lo que a otros cuesta.

    Mi deseo es claro, y profundo:
    que su arte crezca, que el tiempo le guíe,
    que su voz madure sin perder la luz
    que hoy la habita y la vuelve única.

    Que vuele alto, tan alto como sueñe,
    porque su viaje apenas comienza,
    y ya deja huella en quienes le escuchamos
    con el corazón abierto y el alma despierta.

  7. A mi Juanjo Bona me ha sorprendido para bien con este disco. Ya viendo OT sabía lo impresionante que es su voz, y no dudaba de lo que podía alcanzar con ella, pero no esperaba que a mis 40 años pudiese sentirme tan conectada a un disco de un chaval de 20 y algo. Ha sido un sueño, un volver a las raíces, a esas emociones de antaño, a esa Carolina de hace décadas. Qué bonito regalo es Recardelino.

  8. Me ha encantado como los has descrito, la verdad que Juanjo ha hecho un disco totalmente distinto a lo comercial, arriesgado y regalándonos unas canciones con unos sonidos y unas letras para mí sin igual. Villano por ejemplo, esa fusión es de obra de arte.

  9. Me parece la crítica más certera y objetiva de todas las que he leído. Enhorabuena y me encanta como escribes a ti también hay que seguirte la pista

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