Presentemos con estas líneas a Alicia Camiña Ginés, una chavala sevillana del 97 que nos leerá con un desfase de nueve horas, porque en la actualidad reside en Los Ángeles, a muchísimas horas de distancia de la Giralda. Asombrémonos con su música, de autoría propia, y con el sonido dulce y dúctil de su saxo, con una textura y madurez sencillamente pasmosas para una artista veinteañera. Enorgullezcámonos de que surjan artistas así en suelo ibérico y preguntémonos el porqué de esta fuga de cerebros. Porque a Camiña hay que conocerla, admirarla y recuperarla para la escena peninsular, si tal cosa fuera posible. Es demasiado brillante para lo que se estila, además de una injusticia imperdonable que apenas se la conozca por ahora.

 

Pero estamos a tiempo de corregirlo. Desde ya mismo.

 

A Camiña Ginés le avala un graduado en Berklee (2020) y un doctorado ulterior en el New England Conservatory. Acabó en las aulas del mítico centro de enseñanzas de Boston a raíz de que el propio Berklee College of Music le concediera una de las becas más elevadas de su historia, en reconocimiento al talento que ya atesoraba de partida. Y acabó allí después de que le hubiesen concedido plaza también en Iowa y Michigan, que no estaban del todo mal. Y todo ello, partiendo del estudio del saxofón clásico en el Conservatorio hispalense, titulándose en el bachillerato artístico y compaginando la música con los estudios de traductora en italiano y francés.

 

En efecto, no es difícil intuir que nos hayamos ante un pequeño portento. No nos equivocaremos aunque solo recurramos a la constatación del pálpito y del currículo. Pero Somewhere in my dreams, este segundo álbum bajo su firma (existe un antecedente de 2021, Revolution), demuestra una personalidad y versatilidad muy insólitas. Camiña se integra en las filas del jazz contemporáneo, excitante cuanto más sincopado (Time for motion), muy cercano a la fusión cuando incorpora la voz de soul de Stephània (Long for you). Un jazz que también sabe sonar urbano (Midnight illusion), pero que adquiere una elegancia y calidez supremas en la balada (Goodbye), y también se vuelve rabiosamente andaluz llegado el caso de adentrarse en el jazz flamenco, como sucede en una pieza excelente y de título esclarecedor: De mi tierra.

 

Dice Camiña que estos sueños musicales representan para ella “un viaje emocional y creativo”, y escucharla refrenda que la suya no es palabrería hueca. Hablamos de una mujer que ya se vio involucrada durante un año en la gira The life and music of George Michael, a lo largo y ancho de Estados Unidos y Canadá, ha compuesto piezas para series televisivas (Hacks en Max, Insiders en Netflix), ha ejercido como solista con la Orquesta Filarmónica de Madrid y obtuvo un premio de composición (Murmullos) en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, también en Madrid. El tramo final de Somewhere in my dreams abre incluso la puerta a una faceta más experimental y libre en las formas.

 

No podemos dejarla pasar por alto. Si hay algún cazatalentos en la sala, que no deje de llamar a su puerta.

2 Replies to “Alicia Camiña: “Somewhere in my dreams” (2024)”

  1. Espectaculares palabras escritas para una Chica totalmente ESPECIAL y ESPECTACULAR.
    Me han encantado porque han sabido reflejar súper bien a Alicia Cariño, que con su voz, su saxofón, la corta edad de esta Guapa y Simpática Sevillana… ha sabido pasar ya por tantos, y tantos sitios para ir dejando las huellas que va dejando.
    Te deseo Alicia Muchísima Suerte, que la tendrás seguro porque TE LO MERECES CARIÑO. ❤️ ❤️

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