Siempre han sido Bombay Bicycle Club unos tipos particularmente peculiares. Conviene recordarlo de entrada, porque la banda llevaba seis años sin señales de vida discográfica y su marchamo tal vez se nos hubiera ido difuminando en la memoria. El cuarteto londinense siempre apeló a la impredecibilidad como signo identitario, aun a costa de que ello pudiera asociarse al desconcierto. Y el carácter poliédrico figura entre las virtudes menos valoradas en estos tiempos modernísimos, en los que el consumo es compulsivo y precipitado, y el oyente medio prefiere el piñón fijo para no invertir demasiados esfuerzos en tareas de comprensión y digestión. Pues bien, la buena/mala noticia del día es la siguiente: Everything else has gone wrong adquiere de inmediato ante nuestros oídos la condición de disco fascinante, pero no es instantáneo y merece una escucha concienzuda y concentrada. No una, sino muchas: las capas sonoras, las sutilezas y el característico trance de la casa se disfrutan más a medida que se aplica el sosiego y la reincidencia por parte del receptor. Detrás de su apariencia desolada se esconde un trabajo fabuloso y, en ocasiones, más luminoso de lo que cabría esperar de ese Wrong titular. En particular, la adorable Good day, que lo tiene todo, todo, todo (melodía contagiosa, arpegios adictivos, bajo galopante, percusión a la manera de palmas) para que la convirtamos en nuestro primer gran talismán de 2020. BBC han oscilado en ocasiones entre los tratamientos acústicos (sobre todo en Flaws, 2010, una obra lindísima e infravalorada) y los coqueteos electrónicos, pero esta vez hay una cierta querencia por el himno: piezas solemnes en torno a la especialidad suprema de la casa, esa capacidad para hilvanar grandes estructuras a partir de la reiteración, de la melodía circular y de tesitura reducida. Se aprecia muy bien en Eat, Sleep, Wake (Nothing but you), un adelanto de apariencia áspera que acaba volviéndose irresistible; pero también en Is it real o la fabulosa I worry bout you y sus inesperados estallidos tarareados. Everything else… es el disco que le gustaría haber grabado a Arcade Fire si detrás de su pompa hubiera más sustancia de la que demostraron en Everything now (2017). A la banda de Jack Steadman le sucede todo lo contrario: parece inmerso en la angustia, pero cada compás musical constituye una invitación a la sorpresa. El saxo en bucle de la miniatura inicial Get up (casi un guiño al jazz de vanguardia) o los arreglos de cuerdas para ese absoluto prodigio titulado Do you feel loved? son buenas demostraciones de que los Bombay han decidido esta vez tener trato solo con la estratosfera.