Hace tiempo que la figura de Billy Joel se nos viene desdibujando en la memoria, sobre todo porque después de River of dreams (1993) decidió enrocarse en un severísimo silencio creativo, parece que irreversible, que solo rompió para aquel puñadito de piezas clásicas para piano solo, Fantasies & delusions, a finales de la centuria (y que, ya puestos a contarlo todo, podía haberse ahorrado). Pero, cuidado, durante los años setenta e incluso la primera mitad de la década posterior fue más grande que los cielos. Y aunque su primer título que nos viene por instinto a la mente puede que sea Piano man (1973), tal vez fuera aquí, cinco años más tarde, cuando alcanzara su cénit creativo (o uno de ellos).

 

52nd Street, sexto álbum de su colección, volvía a ser un canto de amor a su Nueva York natal y el refrendo de que, al igual que un año antes con The stranger, seguía siendo un autor tan popular como elegante, refinado y definitivamente infalible. Bastaba colocar la aguja en la pieza inaugural, Big shot, para maravillarse ante una de esas caras A que parecían una rotunda avalancha de grandes éxitos: el crepitar roquero de ese primer tema, una de las baladas más intensas e inapelables de la década (Honesty: ahí es nada), la disputa del cetro de los Wings con My life y la incursión en la noche jazzística con Zanzibar, donde nada menos que Freddie Hubbard era el trompetista encargado de un solo central que semejaba pararle los pies a Steely Dan, los dandis por antonomasia de la Gran Manzana.

 

Ese coqueto guiño al jazz reaparecería en el tema que daba título al álbum, el último del lote, y hasta en el insólito detalle de que nuestro piano man sujetara una trompeta en portada y contraportada. Billy y su productor de cabecera, Phil Ramone, no daban puntada sin hilo: recordemos que en la cara B anidaban también Stiletto y Until the night y dejémonos caer, sin ya mayor resistencia, en las redes de este disco. El recuento del repertorio demuestra que aquí no había ni un gramo de relleno, porque a Joel se le desparramaban en aquellos años de gracia los tarros de las esencias.

 

One Reply to “Billy Joel: “52nd Street” (1978)”

  1. Y por qué tiene tan mala fama en los últimos tiempos, que uno tiene que CONFESAR que le gusta el bueno de Billy? También decir que a partir de no sé qué año sus trabajos bajaron el listón una cosa mala. Opinión muy personal. Este disco es cuasi perfecto. Saludos!

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