Es ya la tercera vez que Brian Fallon estampa su nombre y apellido en la portada de un álbum, pero la primera en que tenemos sensación nítida de escuchar un auténtico disco en solitario. Desde que The Gaslight Anthem anunciara su “paréntesis indefinido”, en 2015, su cantante y rostro visible nos había ofrecido un trabajo más que ameno (Painkillers, 2016) y otro desesperantemente inane (Sleepwalkers, 2018), pero ninguno de ellos parecía sino una nueva entrega de los Anthem con una mera variación formal en la rúbrica. Local honeysuena, por fin, a otra cosa. Es mucho más sincero, personal, íntimo y recatado. Antepone la primera persona a los oropeles o el fingimiento. Se moja y compromete muy por encima de sus antecesores. Y permite hacernos un idea de quién es en verdad el firmante, más allá del enfático oficiante en pabellones de deportes que conocíamos hasta ahora.

 

Será casualidad o no, pero Fallon afrontaba su 40 cumpleaños, materializado este pasado enero, durante el proceso de elaboración y maduración de esta obra. Y el resultado es una colección sosegada, más amiga de la media voz que de las ínfulas. Un cancionero extrañamente breve (ocho títulos, 31 minutos) en el que prevalecen las guitarras acústicas, unas maravillosas baterías orgánicas (nada de baquetas) y teclados sutiles con los que acariciar nuestros oídos mientras el de Nueva Jersey se aplica a fondo con las confesiones.

 

Queda desde el primer momento, con la hermosa When you’re ready, la sensación de que Brian mataría por escribir como el Springsteen más acústico y despojado de ropajes, el de The ghost of Tom Joad o, mejor aún, Devils and dust. Sucede lo mismo con You have stolen my heart, cierre ensoñador y delicado, o con la otra canción que le puede disputar el mérito como mejor título de la entrega, la casi pegadiza I don’t mind (If I’m with you). Pero no hay ánimo alguno aquí de que nos hierva la sangre. En todo caso, de que los escalofríos se erijan en pequeños espasmos interiores.

 

Parece que Brian Fallon ha asumido la gravedad de la edad madura, con sus heridas y rasguños, con las incertidumbres de la crianza y el vértigo de la segunda y definitiva mitad de la vida. No sabemos si The Gaslight Anthem volverá a ser una formación operativa, pero aquí consigue por momentos parecer un Eddie Vedder desgajado de Pearl Jam. Llegarán todavía canciones más incontestables, sin duda, pero ahora este sí que parece el mejor de los caminos que constaban en el mapa.

One Reply to “Brian Fallon: “Local Honey” (2020)”

  1. Maravilloso. Una voz preciosa. Un clásico moderno? Suena a ya oído en otros discos otras voces pero es una bendición igual. Como un día de lluvia. Igual y distinto.

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