Misterios de la vida moderna, aunque en este caso no lleguen a oídos de David Broncano. ¿Quién demonios es Fernando Rubio, de dónde ha salido y por qué el disco de hoy es tan bueno? Su nombre no figuraba en los radares de este cronista, así que hemos de recurrir a fuentes más cualificadas: Nacho Para, compañero en los batallones de la prensa durante largos años y hoy al frente de los estupendos y muy dylanitas Bantastic Fand, advierte de que Rubio tiene 53 años, proviene de Cartagena y “tampoco merece la pena” que sepamos gran cosa más sobre él. Queda claro, por tanto, que “Cheap Chinese guitar” no es fruto de alguna eclosión “millenial” ni circulará de tuit en tuit por los comentarios de nuestros más conspicuos “influencers”. Por completar la ronda de anglicismos, tampoco lo busquéis en la relación de “trending topics”: sería demasiado improbable, pero ciertamente hermoso, que este disco trascendiera de las barricadas, las minorías y los garitos para la resistencia heroica de los degustadores de “americana” más irreductibles. El tema titular, que además es primer corte, prende el carburador como si nos esperase el Van Morrison más animoso, aquel de “Into the music”. Y a partir de ahí, con un sonido tan impecable que cualquiera podría situar en el Medio Oeste, llega un festín de estribillos, guitarras “slide”, coros femeninos, armónicas adictivas, guiños a Dylan, The Band, Tom Petty. Esas cositas. Todo tan sabroso como insólito, puesto que a Fernando no le respalda una gran discográfica, una oficina de postín, un perfil de Instagram con despliegue fotogénico. Le asisten solo esta docena de canciones. Notables o muy buenas. Incluso deliciosas, como “Winter sun”. Por si gustáis.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *