Hay pocas dudas sobre la condición de Lindsey Buckingham como el auténtico revolucionario que a partir de 1975 transformó Fleetwood Mac de una adorable banda en declive a uno de los artefactos más morbosos, irresistibles, demoledores, crematísticas y artísticamente afortunados en toda la historia del pop. Lindsey ha firmado menos éxitos que sus socias Stevie y Christine, pero el efectismo afilado de su sonido, ese inconfundible ramillete de triquiñuelas en la producción, tiene mucha culpa de que “Tango in the night”, y no digamos ya “Rumours”, figuren entre los álbumes más vendedores en la historia de la música popular. Y así las cosas, no deja de sorprender que la trayectoria solista de Buckingham haya mantenido un perfil bajo, casi como de artista de culto, sin apenas temas populares (el extraordinario “Trouble”, de su debut en 1981, “Law and order”, anduvo cerca) e incluso con un último tramo desde la independencia discográfica. Esta muy generosa antología (dos abigarrados cedés y la propina de un tercero para grabaciones en directo, con o sin banda) pone orden en un legado disperso, casi oscuro, pero interesantísimo. Suena a orgullosa puesta al día e impaciente hoja de servicios alternativa justo en el año de su insólito despido de los Mac, donde Stevie Nicks pidió su cabeza y ha sido sustituido, como si del mercado de invierno se tratara, por Neil Finn (Crowded House) y Mike Campbell (The Heartbreakers). Pero no es del todo una respuesta a la afrenta, puesto que Buckingham ya trabajaba en esta antología en 2017, y sí una guía para una historia distinta, no muy divulgada y bien fascinante. Algunas conexiones sonoras son obvias (“Soul drifter” bebe de la misma fuente de “You and I, part II” y “Doing what I can” es una evidente reformulación de “Big love”), pero hay miniaturas de orfebre a lo Brian Wilson (“Countdown”, la fabulosa “Show you how”), singles perfectos (“Did you miss me”), acercamientos al sosiego acústico (“Treason”). No descubriremos aquí el genio de este culo inquieto, pero sorprende que se haya analizado tan poco esta faceta en primera persona.

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