En tiempos de tempestades emocionales, los cerebros de los grandes creadores tienden a eclosionar y entrar en súbitos estados de ebullición. Parece claro que tal es el caso de Ramón Rodríguez, que venía de firmar dos álbumes extraordinarios como The New Raemon, Una canción de cuna entre tempestades (2018) y Coplas del andar torcido (2020), pero ha empleado los últimos meses en una intensiva espiral de trabajos inesperados. Por un lado, con su alias solista rubricó un álbum compartido con David Cordero y Marc Clos, el extraño, oscuro e inquietante A los que nazcan más tarde. Por otro, la resurrección, tras ¡14! años de silencio, de su banda juvenil de rock, Madee, no se sustancia en un álbum de regreso, sino en dos: Eternity mingled with the sea, en los primeros compases de 2021, y este In the cold season con el que quisieron reincidir antes de que el año exhalase su último suspiro.

 

¿Sorpresa por un regreso que no figuraba en casi ninguna quiniela? Sin duda. ¿Desconcierto? Solo el propio de una ocupación que pensábamos extinta y que, a juzgar por la intensidad de esta doble jugada, no puede considerarse caprichosa o circunstancial. ¿Satisfacción? Sin duda. In the cold season puede resultar áspero, como induce a pensar su propio título. Pero es extraordinario.

 

Cuesta desprenderse del Rodríguez en castellano, por mucho que las letras de los 12 cortes del disco sean responsabilidad, como otras veces, del poeta estadounidense Mark Swanson. Pero la conexión emocional con el idioma materno es incomparable, por muy bien que se domine el inglés y apreciemos el rigor de la banda catalana en su tratamiento. Hecha la salvedad, In the cold season comprime hasta extremos casi angustiosos el gusto del sexteto por la intensidad sonora, las texturas espesas, la congoja en vena, ese post-rock que se adentra en nuestro cerebro hasta horadarlo sin piedad ni contemplaciones. Raúl y los suyos seducen a fuerza de doler. Las guitarras eléctricas se duplican y hasta triplican, pero aún es más elocuente el efecto del bajo de Pep Masiques, omnipresente y martilleante, nunca muy lejos de esa dramática negritud que patentaron The Cure en sus mejores tiempos.

 

Puede haber momentos algo más sosegados, como Still life, pero hasta las baladas son en Madee fruto del alto voltaje. Ese Ramón al que solemos designar como New Raemon utiliza aquí un registro más agudo, de cadencias a menudo ascendentes; incluso apoteósicas, llegados al momento de Struggle song y ese estribillo diferido (“The more I learn, the less I know…”) con el que se percibe una urgente necesidad de desgañitarse.

 

Solo hacia el final de la entrega, sobre todo con la excelente Subterranean minefield, la voz se vuelve más grave y teñida de derrota, más arrastrada de lo que la habíamos disfrutado durante el resto del minutaje. Es como si Mike Scott hubiese llevado a sus Waterboys de visita por Cabrils, y sería hermoso que una ensoñación así se tornara algún día realidad. Que alguien remita un ejemplar de In the cold… rumbo a Edimburgo, por favor.

2 Replies to “Madee: “In the cold season” (2021)”

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