En algún sitio me pareció leer que este se había convertido en uno de los álbumes favoritos de 2018 para Juanma Latorre, guitarrista y compositor de Vetusta Morla y uno de esos músicos que ejerce una melomanía militante (no les sucede a todos) y devora cuanto acaba en sus manos. Un dato que sirve como anécdota pero también es síntoma, porque Wye Oak encuentran aquí un finísimo equilibrio entre el rigor y la innovación, entre la solidez en la escritura y la capacidad para no perderle el pulso a los tiempos que corren. Este es un álbum de grandes canciones atemporales que no renuncian a la contemporaneidad, a ser hijas de este (agitado/atormentado) periodo que nos ha correspondido. Abrir el álbum con medio minuto de afinaciones sirve como guiño a la seriedad de esta empresa: no, aquí no sirven desaliños y el ‘amateurismo’ es un cuento muy viejo. A partir de ahí, una seducción en línea creciente. El tema central resulta poderoso, pero curiosamente el último tercio del álbum es el que acaba disparando los resortes de la fascinación: las joyas enlazadas “Over and over” y “You of all people”, el carisma onírico de “I know it’s real”, la certificación de que el paraíso sonoro solo precisa de tres minutos certeros. El dúo de Baltimore ha acertado con la proporción idónea entre guitarras y teclados, esencia y color, sustancia y puesta al día. Ella lleva la voz cantante y él redondea la fórmula. En pocas palabras: han terminado resultando deliciosos.