Casi cuatro décadas después de aquel histórico Trio que rubricaron Emmylou Harris, Linda Ronstadt y Dolly Parton, las tres damas grandes de entre las grandes que han conocido las músicas campestres en la historia de Estados Unidos (y, por ende, del planeta), las tres artífices de I’m With Her reviven aquel espíritu terruñero, prístino, delicado y de lirismo profundamente humanista con una colección de canciones en las que la hermosura no es ya condición previa, sino ya casi descontada. El amor por los sonidos acústicos, la fascinación por el crepitar de las fogatas y la reciprocidad en las admiraciones apuntalan el paralelismo, solo que a estas alturas en el devenir de la historia han acontecido otros episodios, alianzas y sororidades, desde el ejemplo de Nickel Creek (¡de donde proviene Watkins!) al comienzo del nuevo siglo hasta la reciente confluencia entre Mary Chapin Carpenter, Julie Fowlis y Karine Polwart, sin olvidar a la tripleta fraternal de Haim o incluso, claro está, el cataclismo indie de Boygenius. Y es en ese contexto de eclecticismo, bisectrices estilísticas y demolición de barreras conceptuales en el que Sarah Jarosz, Aoife O’Donovan (Crooked Still) y Sara Watkins actualizan y magnifican la magia.
Las primeras convergencias entre nuestras tres grandes musas del country-folk, el bluegrass y el americana se remontan a una década atrás, hacia 2014, si bien su álbum de debut, See you around, no llegaría hasta cuatro años más tarde. Entre medias, dio la casualidad de que Hillary Clinton escogió esa misma expresión feminista y orgullosa, “Estoy con ella”, como lema para su frustrada campaña presidencial de 2016, aquella en la que comenzó a fraguarse la colosal distopía en la administración más poderosa del mundo. Sara, Aoife y Sarah han seguido ocupadísimas con sus mil cosas, pero la conveniencia y hasta necedidad de un reencuentro era clamorosa. Y para esta segunda alianza evolucionan de un productor ilustrísimo (Ethan Johns) a otro que no le va a la zaga (Josh Kaufman), y entre los cuatro agrandan el territorio hasta expandirse también hacia el pop refinado y sofisticado.
La suya es, si se quiere, una exquisitez evolucionada, y en eso es en lo que el resplandor de aquella supernova que representan Julien Baker, Lucy Dacus y Phoebe Bridgers (Boygenius) puede haber servido de faro casi desde el subconsciente. La esencia de las guitarras acústicas, el violín y las confidencias a la luz de la hoguera sigue siendo inexcusable, pero basta acudir al enérgico alzamiento de telón con Ancient light para comprender que hemos ganado en mordiente, voracidad y empaque.
Qué bien que así sea. Porque Wild and clear and blue valida los tres adjetivos de su título con 11 canciones a un tiempo resueltas, decididas e intensamente delicadas, una fragilidad vigorosa que convierte a I’m With Her en un tesoro. Y que vivan las paradojas terminológicas: la creatividad y la inspiración no saben de corsés.