Como en tantas otras ocasiones, girar la vista geográfica hacia nuestra izquierda y otear el horizonte portugués mueve a la sonrisa, y puede que también a una cierta envidia sana. Norton provienen de Castelo Branco, un concello de apenas 35.000 habitantes a poca distancia de la frontera cacereña; llevan operativos desde principios del nuevo siglo, se expresan en inglés, entregan ya su quinto álbum y acabarán siendo irremediablemente (re)conocidos a este otro lado de la raya, antes o después, porque la solvencia de su irresistible rock indie con sintetizadores es incontestable. Y más aún después de esta impoluta colección de nueve originales de estreno, tarjeta de visita perfecta para quienes deseen prestar atención a ese incesante hervidero sonoro que percibimos en un país pequeñito, estrecho, a ratos ignorado y casi siempre digno de admiración.
La utilización del inglés puede traernos a la memoria a David Fonseca, otro portugués habilísimo en la construcción de un repertorio internacional, muy elegante y seductor a la vez que contagioso. Pero el préstamo idiomático también sirve para asociar mentalmente a Norton con dos formaciones francesas angloparlantes, Tahiti 80 y Phoenix, encantadores ejemplos de cómo las grandes enseñanzas del pop británico pueden ejercerse, con nota alta, desde cualquier latitud. Lo mejor de los lusos a lo largo de Heavy light es su equilibrio casi simétrico entre el pellizco alborotador de las guitarras eléctricas y el aire más colorista y ochentero de unos sintetizadores empleados con pleno desparpajo. No son una banda para el baile, pero sí para el chisporroteo: salvo en la mucho más ambiental Galaxies, es difícil resistirse al balanceo de cabeza durante todo el trabajo.
A veces ganan el pulso las guitarras, y entonces sale 1997. En ocasiones, son los teclados quienes propician el alboroto, y en ese caso tenemos Changes. Lo admirable es que ambas arrojan un resultado espléndido y refrendan la vitalidad de una formación que puede sostener la llama millenial con el aval añadido de esa solvencia adquirida durante los años. Rodolfo, Pedro, Leonel y Manuel presumen de numerosas fechas europeas y hasta japonesas acumuladas a lo largo de estos 18 años de currículo. Ojalá añadan pronto unas cuantas ciudades españolas para disfrutar de Passengers o Shibuya en la distancia corta.