Habría sido fantástico en su momento un gran concierto de George Harrison para celebrar su cumpleaños  número 75. Habría sido aún mejor disfrutar de sus discos de madurez durante estos cuatro últimos lustros, pero los hados, la maldita enfermedad, nos lo arrebataron allá por 2001. Siempre hubo un halo de fatalidad a su alrededor, alguna sombra que emborronaba la trayectoria de un genio superlativo que coincidió en tiempo y espacio con otros dos seres humanos a los que la historia reservaba un lugar incluso de mayor privilegio. Qué suerte haberlos tenido juntos, qué paradoja que los personajes irrepetibles se solapen entre sí.

 

Cada vez somos más los que nos confesamos desarmados por la discografía en solitario de este hombre, a todas luces superior a la de Lennon –irregular y dolorosamente breve– y a la altura, en muchos casos, de la de McCartney. Y es irresistible el ejercicio de entretenerse de vez en cuando con sus años del sello propio Dark Horse (1976-1992), un periodo generalmente minusvalorado salvo por el disco que ahora nos ocupa. Que fue un resurgimiento y una revolución, y hoy recordamos con la añoranza y el asombro que merece constatar lo que en su día solo barruntábamos: aquello era gloria bendita.

 

Venía el Beatle silente de Gone troppo (1982), su álbum más desdichado, un renglón torcido en toda su extensión, cuando el carburante de Jeff Lynne como productor logró propiciar uno de los más fabulosos revulsivos que nos vienen a la memoria. Hay otro disco precioso en esta etapa, George Harrison (1979), en el que no aparece un solo título que muchos no seamos capaces de tararear. Pero Cloud nine era un estallido de luz, un rearme, un trabajo con el que no cansarse jamás de su cálido abrazo. Con éxitos adictivos (This is love, When we was fab, la versión afortunadísima de Got my mind set on you, un original de James Ray que no recordaba casi nadie), pero con todo el repertorio digno de redescubrimiento: la balada tersa y muy delicada Just for today, el influjo oriental para Breath away from heaven, la sublime perfección pop de That’s what it takes, la burlona Devil’s radio.

 

Era un Harrison cuarentón, confiado, en estado de gracia. Justo después llegarían los Traveling Wilburys y un incomprensible silencio discográfico, solo roto con el póstumo Brainwashed. Harrison era así: un raro ultrasensible, un verso impredecible y libérrimo. Nos maravilló desde siempre. Y ahora, en su ausencia, sigue haciéndolo.

8 Replies to “George Harrison: “Cloud nine” (1987)”

  1. El mas Beatle de sus discos. Aunque renegaba de su pasado Beatle , en ocasiones como una estrategia ,llamar a JEFF LYNNE confeso fan de los Beatles es lo mas cercano a un trabajo con JOHN , PAUL y RINGO y en 1987 y ese disco lo puso ,otra vez en lo mas alto.Un impulso creativo que termino con el TW VOL 3 .

    En lo personal fue un disco tan bueno que lo tuve en todos sus formatos y que siendo breve sintetiza su talento .

  2. Es un disco precioso con el clásico sonido ELO , que imprimía Jeff Lyne , también a un par de álbumes de Tom Petty, los tres futuros T willburys

    Ahora bien , como dices el album homónimo de 1979 , es para mi superior , y tiene un par de temas como Your Love is For Ever” o Love comes to everyone “ superiores para mi a la mayoría de tema de los propios Beattles y lo digo seriamente .
    En todo caso tanto el CLoud como el de 1979 son dos maravillas , dos discazos

  3. La producción del genio de la ELO engarza como un guante con Harrison. Parece que Lyne llevaba toda una vida esperando esta ocasión de trabajar con George.
    Las guitarras acústicas y los arpegios, junto con unos coros muy Beatle solo necesitan de la guitarra solista para dar un sonido tan agradable como placentero. Solo hay que dejarse llevar.

    Ah… que decir de la producción tan acertada de la batería, y la claridad y calidez de la voz peculiar de Harrison. Y no quiero hablar de la delicia en letra de When we las Fab. Gracias George (y Fernando por recordarlo).

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *