Aunque solo fuera por sus dos minutos y medio iniciales, este viejo vinilo siempre tendrá un hueco reservado entre las debilidades en primera persona. Nadie confiaba mucho en el regreso de los hermanos Everly, otro ejemplo preclaro de rivalidad fraternal encarnizada y muy poco deportiva (los Gallagher, los Davies…) en el terreno de la música popular. Hubo una gira el año anterior, por aquello de aligerar las susceptibilidades y mejorar la salud financiera de las respectivas arcas. Pero en esas que Paul McCartney les regaló una canción sencillamente prodigiosa, On the wings of a nightingale, a partir de la que nació este regreso un tanto irregular, pero entrañable.

 

Puede que nunca McCartney haya donado una página mejor que la de aquel ruiseñor, con la peculiaridad de que su versión primigenia, siquiera en forma de maqueta, sigue aún hoy sin conocer publicación oficial. Pero a la causa también contribuyó Jeff Lynne (Electric Light Orchestra) con una de sus clásicas baladas a cámara lenta, The story of me, mientras que de la producción se encargó el entonces muy en boga Dave Edmunds. Hoy quizá suene algo pastosa y engolada, pero a niveles del todo tolerables.

 

Phil y Don, los hermanísimos, supieron mantener la compostura, recuperaron esa capacidad fascinante para empastar las voces como si fueran una sola y el segundo incluso se atrevió a firmar tres de las canciones para la cara B, entre ellas la hermosa Following the sun. Llegarían más tarde un par de secuelas, Born yesterday (1986) y Some hearts (1989), con las que hay que aplicar a fondo la indulgencia. Pero en este EB 84, tan recurrente en las cubetas de discos baratos que se acumulan en las viejas tiendas de segunda mano, aún el poso de la excelencia. Además de la gran joya maccartiana, quien escuche The first in line o More that I can handle tardará muy poco en convencerse.

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