¿Alguien esperaba a estas alturas un nuevo disco de los Rembrandts? No, es muy probable que no. Es más, ¿seríamos capaces de localizar a algún seguidor que lo anhelase o demandara? Puede que tampoco, pero las reapariciones no siempre tienen por qué ser ansiadas: basta con que resulten justificables. En el caso del rubicundo dúo que integran Phil Solem y Danny Wilde, parece evidente que nadie sentía un ansia especial por el reencuentro: 18 años después, ¡18!, de sus últimas señales de vida (Lost together, 2001), sabemos que su hueco en la historia queda circunscrito para siempre a una canción, I’ll be there for you, y a la celebérrima serie, Friends, que la adoptó como sintonía. Sucede, sin embargo, que tanto Wilde como Solem (el primero se responsabiliza además de las mezclas) ejercen de cancionistas modélicos, californianos de esos que parecen haber crecido con las claves del estribillo y la estrofa grabadas en el mismísimo ADN. Por eso este inesperado, pero encantador Via Satellite no suena nostálgico ni extemporáneo, sino solo delicioso. Y por eso mismo, pequeñas delicias como Count on you parecen puestas al día de lo que los Everly Brothers estarían grabando a día de hoy si existieran los milagros. El tándem reparte fortaleza entre la lucidez de su power pop clásico y la capacidad para ejercer como unos Paul McCartney de la costa oeste (Come to Californ-I-Yay), así que estas diez canciones no hacen más que crecer ante nuestros oídos con cada nueva escucha. Sospechamos, de hecho, que la pareja las ha macerado con primor, dispuesta a que no pasen inadvertidas en un momento en que nadie se las esperaba. Lo cierto es que desdeñar este regreso sería casi delito: tanto How far would you go como Now son ejemplos estratosféricos de buena escritura.