Los chicos de The War on Drugs se toman a pecho no solo sus discos, sino la vida en general. De ahí la parsimonia y la trascendencia, la pompa y la circunstancia. No serán nunca los más alegres del barrio, pero sí los más enfáticos. Por eso este I don’t live here anymore, adscrito al melodrama ya desde el propio título, afronta el reto de superar las cotas que estableció su antecesor, A deeper understanding (2017), galardonado entonces con el Grammy al mejor álbum de rock, acentuando todos sus valores: más pathos, mayor intensidad y un sonido del grosor de una placa tectónica.

 

Adam Granduciel, cantante, compositor y alma para nuestros amigos de Filadelfia, abre con una de las piezas más orgánicas que ha escrito nunca, ese Living proof con guitarras acústicas y un piano desolado que parece escrito durante una residencia en el famoso ático de Wilco en Chicago. Es la excepción, porque a partir de ahí regresamos al amor indisimulado de los Drugs por la morfología de los años ochenta, rica en múltiples capas recargadas y con los botones de la reverberación echando humo. Hay temas excelentes de tan rotundos y gozosamente excesivos, como Harmonia’s dream, Change o Wasted, que parecen escritos tras haber escuchado al Springsteen de Dancing in the dark en bucle. Y nadie en la banda pretende ser comedido, como demuestra que la producción del propio Granduciel con Shawn Everett a veces parezca una reminiscencia de los Fleetwood Mac… de Tango in the night (1987), por supuesto.

 

I don’t live here anymore, el tema titular, aparenta compartir ecosistema sonoro con Bette Davis eyes, el exitazo de Kim Carnes del que ahora se cumplen 40 años, por más que incluyamos las celestiales voces de Lucius para añadir un componente más telúrico. Los pianos de todo el disco recuerdan a Bruce Hornsby, que tanto desdén inspiraban entre los adscritos a la modernidad hasta que en Bon Iver redescubrieron su inmensa valía. Y I don’t wanna wait opta por una hierática caja de ritmos en cuya programación podría haber metido mano aquel Phil Collins que contaba sus álbumes solistas por éxitos apoteósicos.

 

Apoteosis, sí: esa era la palabra que buscábamos. Les retrata y representa. Y nos obliga a una escucha inmersiva y rejuvenecedora, una vuelta a la era analógica. De cuando escuchar un disco al completo era un ritual exento de consultas al wasap e impaciencias ansiosas si las canciones sobrepasaban la cota de los tres minutos.

2 Replies to “The War on Drugs: “I don’t live here anymore” (2021)”

  1. Hola Fernando, extraña mezcla de los War on drugs con las chicas de Lucius, quien lo iba a esperar. Me gustan los dos por separado y ahora también juntos. Gracias y saludos.

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