La escudería de Big Thief ha seguido consolidándose como uno de los proyectos más atractivos y fundamentales de la última década, pero decididamente ya no podemos hablar de la trayectoria en paralelo de su guitarrista como un mero entretenimiento colateral. Aquí no hay ni anécdota ni pasatiempo, sino el desarrollo de un ideario de latido algo más acelerado y menos críptico que el de la banda matriz. Pero con el empeño de subyugar, sin duda, como elemento común.

Buck Meek había entregado hasta la fecha un par de años de vocación más pequeña, pero Haunted mountain es un esfuerzo de primera magnitud, el estirón de quien se sabe en condiciones de asumir las jefaturas que sean necesarias. El disco es rico, variado, intenso y amenísimo, porque a su brillantez hay que unir el eclecticismo de un repertorio que sirve como crisol del country-rock alternativo y demás aproximaciones al universo del americana. A veces con alguna que otra disonancia, como en Cyclades. Y en otras ocasiones, en el caso de Didn’t know you then, con la virtud de enhebrar una plácida cadencia folk-rock tan soleada como particularmente adorable.

Nuestro tejano de residencia en Brooklyn se beneficia, de hecho, de ese inspirador abanico geográfico para picotear de unos territorios y otros: más saturado y con alguna distorsión lisérgica con Undae dunes, desnudo y en esa intachable y desnuda joya folkie que es Lullabies. O con la banda a todo trapo en la incandescente y muy afortunada Where you’re coming from, donde sucede de todo: de lo acústico a lo eléctrico, de lo tierno a lo turbio y de la límpida voz solista a las armonías vocales encantadoras.

Así se las gasta Meek, con un repertorio argumental inmejorable y una voz frágil pero seductora; tan escasa de cuerpo como la de su compañera de filas Adrianne Lenker, pero menos desmadejada. Y todo hasta desembocar en las campestres armonías de Lágrimas, que no menciona este término en castellano en la letra (“saving my tears in a bottle…”), pero nos hace aún sentir mayor complicidad y simpatía por él. Con seguridad, un tipo delicioso.