Por mucho que Mark Knopfler haya desarrollado una carrera a estas alturas ya mucho más abultada, y con unos cuantos títulos magníficos, su impacto solista nunca podrá compararse con el de la banda que le vio nacer y que durante la primera mitad de los años ochenta ejerció una supremacía abrumadora sobre los escenarios de ambas orillas atlánticas. Así las cosas, la aparición de un rutilante nuevo doble elepé en directo de Dire Straits, una grabación de diciembre de 1979 sobre cuya existencia se desconocía casi todo, representa una noticia de primera magnitud para los millones de seguidores que jalearon a los londinenses y que todavía hoy los recuerdan y añoran. Y, sí, digámoslo con claridad y urgencia: estos 100 minutos de música en directo merecen muchísimo la pena.

 

Live at the Rainbow se incluye en Live 1978-1992, una caja mastodóntica de ocho cedés (o 12 vinilos) que reúne todo el material disponible de los Straits sobre los escenarios, aunque con sabrosas añadiduras. Tanto Alchemy, su canónico doble elepé en vivo de 1983, como On the night, su mucho menos satisfactorio émulo de una década más tarde, vuelven a ver la luz en versiones ampliadas respecto a las que guardábamos en la estantería. El primero aporta tres nuevos cortes, que en su día no cabían en el ya muy abigarrado vinilo doble, mientras que el testimonio de la muy agridulce gira de despedida gana nada menos que media docena de composiciones y mejora de lejos las sensaciones que percibimos tres décadas atrás. El minielepé Encores y las escuetas grabaciones disponibles para el Live at the BBC siguen como las conocíamos. Pero los cedés siete y ocho representan el gran festín y una sorpresa colosal, por más que seis de sus 21 cortes habían empezado a circular en 2021 por los circuitos fonográficos no oficiales.

 

La actuación de aquel 21 de diciembre de 1979 en el Rainbow de Londres, entonces un teatro de la máxima relevancia para el rock y hoy una iglesia de nuevo cuño, tiene algo de eslabón perdido entre la tosquedad de los registros para la radio pública y la sofisticación gloriosa que la banda, convertida ya en imparable engranaje, había alcanzado a la altura de Alchemy. Para aquella cita navideña, los Straits aún eran el grupo de los hermanos Knopfler (David seguía a bordo) y el salto cualitativo de Making movies (1980) estaba por llegar, aunque los asistentes pudieron escuchar en primicia dos de sus futuros cortes, Solid rock y Les boys. Pero Mark ya ejercía de tipo carismático y líder plenipotenciario; tanto como para lanzar el misil de largo alcance que siempre fue Sultans of swing muy al principio del repertorio, en el sexto lugar.

 

Con el cuarteto embalado y su creatividad en plena era fértil, es de suponer que las cintas del Rainbow se archivaron porque no había tiempo material para encajarlas en la pauta razonable de los discos en estudio. Pero lo que ahora escuchamos, por sorpresa y tantos años después, es un festín. Mark cuenta con el mando en plaza, pero su grupo ya es un mecanismo de precisión en el que John Illsley demuestra cómo un teóricamente humilde bajista puede convertirse en brazo derecho y pieza decisiva. También en el cuidado de sus segundas voces, prominentes en ese mencionado Les boys que, sin su tufo heteropatriarcal, sería una de las sorpresas de la noche.

 

Lo más inesperado y noticioso de todo llega al final, aunque no sea necesariamente lo más brillante. Es muy llamativa la incorporación al escenario para los cuatro últimos cortes de Phil Lynott, líder los irlandeses Thin Lizzy, junto con el cantante de The Fabulous Poodles, Tony De Muer, pero la insólita constelación de astros se queda en un encuentro más bien timorato por todas las partes implicadas. Habría sido muy curioso escuchar a los Straits una lectura de The boys are back in town o de Whiskey in the jar, pongamos por caso, pero los congregados optan por jugar en campo neutral y abordan cuatro versiones de añejos clásicos rocanroleros: Good morning little schoolgirl, That’s alright mama, Nadine y Keep on rocking.

 

La experiencia es grata, pero no se advierte gran implicación ni compromiso por parte de los distintos oficiantes, demasiado inmersos en la dinámica de las ententes cordiales. Quizá el perfil bajo de estas interpretaciones también contribuyera a aparcar las cintas del Rainbow, pero su valor histórico, cuatro décadas y pico después, se vuelve ahora irresistible para los practicantes de la siempre inabarcable religión del completismo.

6 Replies to “Dire Straits: “Live at The Rainbow” (1979, 2023)”

  1. Un GRAN “un disco al día” el día de mi cumpleaños y que mejor de MI GRUPO FAVORITO DE TODOS LOS TIEMPOS… me interesó esa caja recopilatoria, pero sus precios son muy elevados y ya tengo todos sus trabajos como en formato vinilo y CD (incluso el alchemy en VHS)…y acabo de descubrir, Fernando, que contenía ese Live at The Rainbow…no sé si se puede conseguir de manera individual, me temo que no. En cualquier caso, ya de haber sabido las canciones extras the alchemy y the on the night quizá me hubiera pensado si compra un poquito más.

    GRACIAS FERNANDO….Te sigo aunque no comente.

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