Me conmocionó encontrarme anoche, a través de un tuit de El País Cultura, con la muerte de Jóhann Jóhannsson. Islandés. 48 años. Uno de los compositores de vanguardia más fascinantes de toda esta nueva generación. Causas desconocidas. Había actuado una semana atrás en el Auditori de Barcelona y se le esperaba de cara al próximo Primavera Sound. Terrible todo. Un dolor que he intentado paliar con la reescucha de este trabajo, quizá mi favorito de entre los que le conozco (que no son todos, porque su producción era colosal). “And in the endless…” me fascina desde su mismo título, evocador y kilométrico, su portada tenebrista e impenetrable, su condición de oscura banda sonora (de “Varmints”, película de Marc Craste) que funciona en el salón de casa sin necesidad de pensar en ninguna imagen específica. Recelo en ocasiones de las bandas sonoras, de su condición subsidiaria, de la repetición de cánones, tics y arquetipos para ajustarse a los diferentes géneros de un lenguaje distinto, el audiovisual. Hago pereza con ellas, a veces, sí. Jóhannsson hizo fortuna como autor de bandas sonoras, pero estos paisajes de la quietud estremecedora no precisan de compañía alguna. Todo en “And in the endless…” acontece muy despacio y esa ralentización del tiempo se contagia al hermoso microcosmos entre nuestros altavoces y pabellones auditivos. Orquesta, coro y soprano. Nada menos. Un tema central y el referente de “City building”, en dos versiones. Una banda sonora para domingos por la mañana. Lástima que la de hoy haya amanecido teñida de tristeza.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *