Hay discos necesarios y los hay inesperados, por sorprendentes. La estación del momento aúna ambas circunstancias, lo que ya de por sí es rara virtud. Afianzado en su sólida condición de crooner sureño, de hombre propicio para el romanticismo noctámbulo y las confesiones en torno a la mesa camilla, el gran Antonio Mellado Escalona había entrado en un bucle de predictibilidades con el que resultaba tan improbable sentirse defraudado como conmovido tras cada nueva entrega, no siempre muy distinta de sus antecesoras.

 

Tras el siempre legítimo balance que supuso Zenetianos (2021), antología en forma de duetos pertinente después de tres lustros en la primera línea de la canción elegantona y de punta en blanco, el tren que toma Zenet desde esta Estación le aparta de su geografía más confortable y traslada hacia otras latitudes en las que predicar su evidente valía. Y qué bien que haya reunido esa valentía necesaria para personarse en el andén con un equipaje exiguo y la mirada ansiosa por descubrir paisajes nuevos.

 

La irrupción como productor de Kumar Sublevao Beat, un cubano con unas cuantas horas de vuelo en la órbita del hip hop, propicia en buena medida esta cierta sensación de reseteado. Sin él sería improbable, por ejemplo, el caso de Amarte, un bolero que parece pasado por el tamiz de unos Gotan Project. Ese mismo concurso sutil de la electrónica sazona Cóctel molotov, espectacular intersección entre cuerdas plañideras y beats adictivos para convertir en explosivo (y nunca mejor dicho) esta relato chulesco sobre el despecho y la desafección.

 

Igual no se lo creen, pero el nombre de Juanes puede venirnos a la cabeza con Dieta de besos, despliegue de ese ingenio tierno, irónico e instantáneo que se gasta el improvisador cubano Alexis Díaz Pimienta, el único letrista que repite en estas 10 nuevas composiciones: suyo es también el despliegue de guasa para Insistente. Y de sorna tampoco anda escasa Amor a tres, swing noctámbulo en torno a una relación trilateral que no acaba de convencer al cantante-narrador. Su sonido es identificable a partir de parámetros previos, pero se vuelve aún más carnal gracias a sus metales pletóricos.

 

Automático, un original que ya le conocíamos al valenciano Jonathan Pocoví, se tiñe aquí de nu soul con aristas, menos ceñido a la pulcritud de la canción de autor. Como resultado, a ratos acaba sonando a un temazo del Drexler más disruptivo, y entiéndase tal como un evidente piropo. ¿Más argumentos para encariñarse de este renovado entorno ferroviario? Acerquémonos a Quédate con tu moneda y sus recitados sobre un fondo de nuevo jazz electrónico, a un paso ya de ese lounge ambiental que a veces proporciona ambientación sonora a los garitos más modernos y finolis. Y culminemos con Término medio, jazz vocal clásico, pero salpimentado con una lluvia de versos brillantísimos (“Estoy entre el deber y los deseos / en el término medio del desfase”) del venezolano-gaditano Stewart Mundini. Qué buenos compañeros de vagón ha encontrado esta vez nuestro viajante malagueño.

4 Replies to “Zenet: “La estación del momento” (2023)”

  1. Maravilla, da gusto descubrir un género no habitual y un artista desconocido y enamorarte de su feeling y sus canciones a la primera escucha. Es lo que tiene la música. Gracias

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