Los noventa ya no fueron años tan rutilantes para Tina Turner, que había protagonizado una resurrección espectacular y planetaria a lo largo de la década anterior gracias al extraordinario Private dancer (1984) y a los notables y complementarios Break every rule (1987) y Foreign affair, en 1989. Pero The Queen of Rock and Roll, todavía en forma física y vocal asombrosa y admirable a sus cincuenta y tantos años, se resistió tenazmente a decir su última palabra, más aún tras el sabor agridulce que habían dejado los dos últimos recorridos por los escenarios de medio mundo, el de 1987 –con pinchazos de público en más de una ocasión– y aquel The farewell tour de 1990 que, por fortuna, acabó resultando un título mentiroso después de que, tres temporadas más tarde, la inagotable Anna Mae Bullock se animase a lanzarnos nuevos zarpazos.

 

El origen de todo, ya lo recordarán, fue la película biográfica de Brian Gibson que ya cimentaba el mito de la artista corajuda, resiliente y capaz de sobrevivir, en términos literales, a todas las adversidades y los episodios más turbulentos en sus oscurísima experiencia marital junto a Ike Turner. La banda sonora de aquel largometraje, en origen un único disco, ahora recibe un tratamiento de reedición espectacular al convertirse en una caja de cuatro cedés y un DVD adicional. Y la oferta se vuelve irresistible sobre todo por lo relativo a los álbumes tres y cuatro, plasmación de un concierto completo de la gira que en su momento solo gozó de plasmación televisiva y ahora puede disfrutarse en toda su plenitud sonora y gloria artística.

 

La banda sonora en sí tenía algo de totum revolutum, por cuanto conjugaba algún tema inédito con piezas ya editadas y sobradamente conocidas, junto, sobre todo, a regrabaciones del catálogo de Ike & Tina Turner que actualizaban el sonido sin que ello implicara siempre una mejora del original. El disco resulta muy entretenido, en cualquier caso, y se complementa con un segundo volumen de ediciones para singles, remezclas y rarezas con varios títulos repetidos (en los casos de Why must be wait until tonight? y I don’t wanna fight, hasta la saciedad), por lo que solo aquellos muy militantes de la causa tarneriana le extraerán todo el partido. Pero la joya de la corona estriba en esa actuación íntegra del 15 de septiembre de 1993 en el Blockbuster Pavillion de San Bernardino (California), cuando la gira había consumido más de 60 fechas, la inmensa mayoría en suelo estadounidense, y el noneto acompañante podía ya tocar con los ojos cerrados y explayarse a sus anchas.

 

La confianza que proporcionaba ese engranaje lubricadísimo y el ardor del pabellón se hacen patentes durante estas casi dos horas de festín. Solo la cercanía en el tiempo del doble elepé Tina live in Europe (1988) debió propiciar que nadie en Capitol sopesara la posibilidad de convertir este material en una golosina discográfica, más en vista de que la huracanada diva del rock y el r’n’b había orillado de manera convincente los amagos de retirada. Ni Wildest dreams (1996) ni Twenty four seven (1999), sus dos últimas entregas de estudio, resultarían a la postre particularmente redondas ni memorables, pero habría sido un pecado perderse esos últimos años de madurez de una artista ya liberada de cualquier tabú y tan poderosa sobre las tablas como la mozuela que tres décadas atrás le cantaba a los límites de la ciudad de Natbush.

 

En 1993 dirigía aquella banda nada menos que John Miles, el guitarrista británico de Music, y todo encajaba en su sitio: radiantes coros femeninos, filigranas puntuales de saxo, un público propenso al éxtasis (compruébense los alaridos multitudinarios durante What’s love got to do with it). Puede que no queden demasiados tesoros en la cajonera de grabaciones históricas de Anna Mae, pero esta merecía un hueco de honor en su catálogo fonográfico.

4 Replies to “Tina Turner: “What’s love got to do with it” (1993, 2024)”

  1. La película a pesar del filtro Disney, está muy bien. Los actores Angela Bassett y Laurence Fishburne hacen un gran papel.
    La banda sonora estupenda, aunque solo presenta 3 canciones realmente nuevas: “I Don’t Wanna Fight” (escrita por Lulu y rechazada por Sade que se la pasó a Tina viendo el potencial que tenía) , “Why Must We Wait Until Tonight” y”Stay Awhile”.

    En el 90 arrasó en Asturias: https://www.lavozdeasturias.es/noticia/gijon/2020/06/25/dia-tina-turnerrugio-molinon-30-anos-primer-gran-concierto-gijon/00031593099416684734774.htm

    y antes en Bilbao: https://www.diariovasco.com/culturas/musica/concierto-tina-turner-1987-encandilo-euskadi-20230525070309-nt.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.diariovasco.com%2Fculturas%2Fmusica%2Fconcierto-tina-turner-1987-encandilo-euskadi-20230525070309-nt.html

    1. Cuando habla de pinchazos de público creo que se refiere a alguno muy aislado en Europa (por ejemplo, en España, en Valencia, pinchó y ella bien que se enfadó) y sobre todo en Estados Unidos, donde sí que tuvo problemas en algunas ciudades.

      De hecho yo siempre he sospechado que el hecho de que con el álbum Foreign Affair hubiera cero promoción en USA se debe en buena parte a que le “cogió la matrícula” a su propio país en la era Break Every Rule, mientras que de Europa se enamoró.

      Por cierto, la gira del 93 fue sólo por Estados Unidos y Australia (con unos pocos festivales en Europa). Ahí recuperó algo de público gracias al éxito de la peli y del single I dont wanna fight. Pero reconfiguró en muchos casos los lugares donde se presentaba, más tipo “amphitheater” que venue (no digamos estadios, que a Tina se le resistían en USA y en cambio en Europa los llenada casi con la gorra).

      Es más, señor Neira…ya podrías investigar qué demonios pasó para que Tina/su compañía/sumánager/todosellosoloquiendemoniosfuera, decidieran no apostar en Estados Ubnidos, Foreigan Affair, que fue un exitazo en Europa. Y que decidieran no girar en Estados Unidos cuando en Europa vendía entradas como rosquillas. Eso sí, luego tres años después se cogen el mismo setlist y…¡¡¡hasta los mismos vestidos!!!!! y hacen la misma gira que hiceron en el 90 en Europa pero en Estados Unidos en el 93.

      ¿Estaba cabreada la señora porque no la radiaban en Estados Unidos? ¿Simplemente pensaron que si ellos me ignoran, yo también? ¿Decidieron simplemente esperar a un mejor momento? Lo cierto es que las siguientes giras de Tina sí funcionaron. Tanto WD Tour, como 24/7 como la del 2007-8 funcionaron más que decentemente. De hecho, esta última la hizo con prácticamente cero promo: sí, vale, una entrevista en Oprah, pero poco más…y llenaba. Y no hizo más de 80 conciertos porque estaba literalmente…hasta el pepino.
      Cuéntamos!

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