Pocos recuerdan ya a Pete Ham, un galés que el 23 de abril de 1975, cuatro días antes de cumplir 28 años, se ahorcó en el garaje de su casa. Ham fue involuntario protagonista de una de las más tristes historias del pop. Autor talentoso y tierno vocalista, lo tenía todo para haberse convertido en un personaje clave de los primeros 70. Incluso los padrinos: los Beatles se enamoraron de sus canciones y le ficharon en 1968 para el sello Apple. Tras grabar bajo el nombre de The Iveys, los de Liverpool rebautizaron a Ham y sus compañeros como Badfinger, en homenaje al título primerizo (“Bad Finger Boggie”) de “With A Little Help From My Friends”. La fortuna sonreía a Pete, al que McCartney regaló una canción (“Come And Get It”) y que pudo participar en dos discos tan míticos como “Imagine” y “All Things Must Pass”. Junto a Tom Evans, Ham se apuntó un éxito monumental con “Without You”, popularísimo en la voz de Nilsson. Pero a nuestro personaje jamás le sonrió la fortuna. A las calamidades financieras de Apple se sumaron las pillerías de un representante sin escrúpulos, Stan Polley, que se pulió 600.000 dólares de la banda en un misterioso depósito en fideicomiso. Aquel 23 de abril, Ham se encontraba sin un céntimo y con una hija en camino. Los Badfinger restantes intentarían revivir el grupo a partir de 1978. Lo escalofriante del caso es que el guitarrista Tom Evans también se ahorcaría (19 de noviembre de 1983) tras una agria discusión telefónica por cuestiones legales con otro miembro de la banda, Joey Molland. Este recopilatorio, centrado salvo un par de excepciones en los años de Apple, es maravilloso. Como todo en Badfinger. Como ese “I’ll be the one” más “beatle” que todos los Beatles. Todo, salvo las puñeteras jugarretas del destino.

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