Hay tanta guasa, garbo y salero en todo cuanto canta, baila y maquina el bueno de Tomás Moreno Romero que cuesta concebir que tan rotundas y generosas virtudes confluyan en esa figura fina y escuchimizada de cincuenta y pocos kilos de peso. Pero así ha sido siempre este otro grande en la escudería de los canijos de Jerez, un tipo peculial al que la gracia se le desparrama cada vez que despega los labios. Y más aún si, como es el caso, el periodo de elaboración se prolonga (esas cosas de la pandemia) y este Agustisísimo cuenta con sus buenos tres años de cocción a fuego lento para que ahora todas las esencias y sabores emerjan en formulación reconcentrada.

 

Porque Tomasito siempre ha sido rabo de lagartija, y su propia y consustancial naturaleza efervescente puede haberle llevado a impaciencias, medianías y precipitaciones. Pero no es el caso de esta colección tan chisporroteante como cabal, pensada para jalear y sonreír pero lo bastante medida como para resultar ocurrente y no solo graciosa; diversa, pero en ningún caso descabalada. Y con una primera mitad, sobre todo, en la que la sorna y el chispazo brillan hasta deslumbrar: el homenaje al delinqüente Miguel en De Jerez a Plutón, el recochineo bakala de La makinita, el punto canalla, barrial y de compadreo que aflora con Los bares El vino y el pescao, recuperación de una página que se remonta a los tiempos de aquel efímero y descacharrante  G-5 que el jerezano compartía con Kiko Veneno, Muchachito Bombo Infierno y dos de Los Delinqüentes. Mucho antes ya entonces, pero ahora rearmado con una pátina más urbana.

 

Será todo lo disperso que queramos, pero aquel niñito que en su día asombró a Diego Carrasco ya no puede apelar a los pecados de juventud, y a sus estupendos 54 años parece más dispuesto que nunca a ponerse las pilas. Agustisísimo es una obra generosa en ocurrencias (comenzando por su propio título, porque hasta el diccionario se le queda pequeño a este creador revoltoso), como la kilométrica relación de pescados en Freiduría o la nómina de Profesiones relevantes que se sugieren en esa canción: “Pastor de nubes, conductor de dragones, confidente de las flores, contador de las estrellas, observador de los vientos…”. Pero al final llegan también la balada entrañable, noble y sensiblota (Gente guapa), el amago de reggae que insufla vitaminas a La zalamera, la bulería confesional que representa Mentira es.

 

No podía ser casualidad que Lola Flores le echase el ojo, siendo aún renacuajo en el DNI. O que el maestro Mario Pacheco no dudara en llevárselo para Nuevos Medios. La una y el otro estarían orgullosos hoy con el estirón que ha pecado el pequeño Tomás.

 

 

2 Replies to “Tomasito: “Agustisísimo” (2023)”

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