No se cumplen todos los días 70 añazos; o, si se prefiere, y por respetar la terminología sabiniana, “cuarenta y treinta”. Nuestro adorado Conde Crápula ya fue objeto hace no muchas semanas de su Sabina 70, una irreprochable caja antológica de cuatro cedés en la que se agolpaban otros tantos motivos (de esos que nunca sobran) para considerarle uno de los mejores autores en castellano que ha conocido el gran océano en sus dos orillas. Aquella recopilación demostraba que el cancionero de nuestro ídolo jiennense no es fácil de encapsular; si ya entonces cualquier aficionado echaría en falta alguna debilidad personal, esa sensación de ausencia de títulos venerados se acentúa en este Ni tan joven ni tan viejo, abigarrado homenaje colectivo en el que se incluyen 25 canciones, pero a cargo de hasta 38 artistas. Es lo que tiene Sabina: ha terminado siendo emblema universal, referente para casi cualquiera (con dos dedos de frente) más allá de generaciones, procedencias geográficas o adscripciones estilísticas. Porque hay versos y requiebros tan endemoniadamente buenos que aceptan cualquier lectura, por rebuscada que parezca. Sucede con Donde habita el olvido, a la que Bunbury impregna de aromas magrebíes hasta convertirla en, probablemente, la mejor lectura del lote. O con 19 días y 500 noches después, una lectura arrastrada y muy canalla de Travis Birds con la complicidad de Benjamín Prado, que reinventa la historia original desde la perspectiva de la protagonista femenina. Hay algunos recreadores infalibles, como Amaral y Manolo García (Con la frente marchita), Robe (que ensucia y adereza de rabia Calle Melancolía) o Los Rodríguez, muy correctos en el caso de la célebre Princesa. Y hay sorpresas manifiestas: Pablo Alborán canta con gusto impoluto Peces de ciudad con la única compañía del piano y la segunda voz de Pablo López; la pintoresca alianza entre Niño de Elche y Guitarricadelafuente no se achanta ante Cerrado por derribo, y los ubicuos y, sin embargo, complementarios Dani Martín y Zahara salen muy bien parados con Y sin embargo, demostrando que las buenas composiciones no saben de generaciones (¡y que la causa atlética une mucho!). Hay patinazos, claro, porque entre semejante marabunta siempre alguna línea queda algo más torcida. De hecho, el segundo disco es netamente inferior al primero, salvo alguna excepción contada. Pero tampoco nos llevemos disgustos por ello: el objetivo del homenaje de perfil alto y alcance casi ilimitado está más que conseguido.

One Reply to “Varios: “Ni tan joven ni tan viejo. Tributo a Sabina” (2019)”

  1. Excelente Tributo a un Gran Artista, no puedo elegir una como mejor, fue un increible esfuerzo de memorables resultados cercanos a los corazones humanos

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