Las pulsiones creativas siguen siendo perfectamente impredecibles, por suerte para nosotrosy para desgracia de programadores de algoritmos. Orchestral Manoeuvres in the Dark era una banda amortizada a principios de siglo, una antigualla que solo encontraba acomodo en el destierro del olvido o premio de consolación en los páramos de la nostalgia. Pero History of modern (2010) propició una inesperada segunda juventud de la que ahora este Bauhaus staircase representa ya su cuarto exponente discográfico y, de lejos, el mejor de ellos. Porque Andy McCluskey y Paul Humphreys se han conjurado, pasmémonos, para entregar no ya una prolongación decente de su legado, sino uno de los mejores títulos en una discografía que abarca ya 14 entregas y más de cuatro décadas de actividad.

El pellizco de la política actual, con su bonita larga lista de aberraciones, ha hecho las veces de espoleta en esta ocasión, a lo largo de un proceso creativo aparentemente azuzado también por los largos meses de inacción a los que nos obligó la pandemia. Bauhaus staircase, el sensacional tema titular y de apertura, apuesta por un tecno industrial y muy centroeuropeo para rendir homenaje a las vanguardias alemanas de entreguerras, aquel fugaz espejismo de creatividad desbocada. En cruda contraposición, McCluskey afila el lápiz contra nuestros más distinguidos engendros coetáneos, desde Trump a Boris Johnson o Vladimir Putin, en la furiosa Kleptocracy, un ejemplo de inconformismo radical frente a los que prefieren morderse la lengua. Y hay dos piezas conceptuales de robóticas letras recitadas, muy en la línea de Kraftwerk, que se sitúan entre la belleza incómoda y el desasosiego: Evolution of species recuerda nuestro destino mortal ineludible, mientras que Anthropocene pronostica directamente, a modo de progresión numérica, la extinción del ser humano.

Son contenidos de filo gélido, pero vivificantes. Y en cualquier caso, el tándem británico tampoco renuncia a ese fino instinto para el pop electrónico instantáneo que les viene haciendo adorables desde los tiempos de Souvenir y demás tesoros de los primeros años ochenta. Look at you now sirve de clara prolongación de aquel espíritu luminoso y cantabile, mientras que Veruschka evoca en la inflexión de voz a Pet Shop Boys, mientras que Don’t go trae a la mente a los primerísimos Depeche Mode hasta en el título, que coincide con uno de los clásicos de Vince Clark para su proyecto posterior, Yazoo.

En la práctica, como se puede intuir, Bauhaus… acaba haciendo las veces de puesta al día del legado de OMD desde todos los ángulos y acepciones. Incluso acentúa la dimensión poética de estos dos viejos socios, que justo tras recordarnos nuestra naturaleza finita en Evolution of species culminan con una extraordinaria balada sobre la muerte, Healing, desde una perspectiva de serenidad y aceptación. Suena un poco a epitafio como grupo, y en ese sentido sería una caída de telón irreprochable. Pero siempre estaremos encantados de volverles a abrir la ventanilla a estos incombustibles magos del pop con sintetizadores.