Si Paul Anka anduviera a estas alturas por los veintitantos y guardara en el bolsillo pasaporte francés, respondería al nombre de Theo Lawrence y estaría cantando la maravillosa Liquor and love. Y si Chris Isaak buscara un tupé que le sirviera como espejo y revulsivo, también debería apuntar en la misma dirección. Inmerso en un adorable juego de anacronía, este muchacho repeinado y de aspecto irreprochable, capaz de obtener la mirada aprobatoria incluso entre los suegros y suegras más exigentes, se ha propuesto demostrarnos que en la era de la filigrana tecnológica y la abundancia de naderías se puede asomar la cabeza con el único argumento de las canciones. Tan redondas e impolutas que podrían llevar escritas casi siete décadas, cierto, pero que seguirán resultando tarareables cualquier año en que acertemos a reencontrarnos con ellas.

 

Lawrence tiene base de operaciones en Burdeos y una parte del árbol genealógico en latitudes canadienses, pero ha debido de escuchar a Roy Orbison o Johnny Cash desde antes de aprender a montar en bici y no ha podido por menos que poner rumbo a Texas para registrar Chérie, título tan tierno como este encantador y muy vaquero tercer elepé. En el último Azkena ya pudieron comprender por qué se había ganado a pulso el apelativo de The Country Crooner, que aquí refrenda con solvencia durante una docena de canciones breves, certeras e impolutas. Cómo no disfrutar en The universe is winding down de ese aire campestre, con guitarra vaquerísima y un violín de corte eminentemente rural; tan vetusto y terruñero que incluso roza la afinación imprecisa, o cuando menos tosca, en Chérie y en Kitty cat clock, esta última con el diapasón más acelerado y una imagen evocadora en la cabeza: la de las parejitas bailoteando y amigándose, por lo que pueda suceder, en la pradera o frente al quiosco de la música.

 

Now that you’re gone y How do I learn to lose agrandan la faceta del baladón con el corazón apesadumbrado tras la ruptura. Y en A dime for a nickel se le empaña a Lawrence la voz de aroma, gravedad y poso, como si le asistieran décadas de andanzas y experiencias que no puede haber tenido tiempo de acumular. Aunque poca cosa si comparamos, aún mejor, con I’ve been here too long, un primor de finura y uno de los dos o tres cortes que deberían resistir en su repertorio incluso cuando el muchacho empiece a peinar las primeras canas.

 

Keechie & Bowie explota las posibilidades del consabido vals-como-la-copa-de-un-pino, otro clásico no solo infalible, sino irrenunciable, del género. Y Every wish culmina el viaje regresando al modelo Anka de cuerdas elegantísimas y ultrarrománticas. Páginas así justifican que Alison Krauss y Robert Plant hayan confiado en Theo como telonero. Cómo negarles el buen ojo.

 

 

Theo Lawrence emprende gira española con 12 fechas, del 12 de mayo (Zaragoza) al 25 de mayo (Barcelona), con escalas en Madrid, Sevilla, Valencia, San Sebastián, Bilbao. Puedes consultar el listado íntegro aquí

 

3 Replies to “Theo Lawrence: “Chérie” (2023)”

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