Haciendo buena esa legendaria asociación entre los momentos crudos de la vida y la gasolina creativa a efectos artísticos, la diva vaquera Eilen Jewell ha sacado petróleo de las zozobras relativas a la pandemia y de la hiel amarga del desamor. Curiosamente, el destinatario de sus desvelos sentimentales, y ahora de sus invectivas, es el sensacional batería y corista que sigue acompañándole en este nuevo trabajo, Jason Beek. En cuanto al cruce de cables que le provocaron los meses de forzado cautiverio doméstico en Boise (Idaho), queda el consuelo de esta soberbia colección con 10 originales y un par de versiones lucidísimas, un álbum tan crudo y sabroso como no acertábamos a recordar en una discografía que últimamente, sin perder el atractivo, se había vuelto más plácida y predecible.

 

A Jewell le tomamos la matrícula hace sus tres buenos lustros, cuando acertó a reiventar con mucho colmillo el añejo clasicazo de Johnny Kidd Shakin’ all over. Las dos versiones que asoman por Get behind the wheel ahondan en ese olfato a la hora de tomar una página ajena y aportarle una personalidad propia sin desfigurarla ni hacerla irreconocible. Sucede con Could you would you, viejísimo original de Van Morrison en los tiempos de Them, que aquí suena más redonda sin renunciar a su tosquedad primigenia. Pero aún adquiere más interés en el caso de Breakaway, ligera e irresistible en la voz de Jackie DeShannon, ralentizada y noctámbula aquí, como en una versión femenina del Chris Isaak más crepuscular.

 

Sin embargo, es en el material de creación propia, tan profundo y de regusto amargo, tan crepitante y sólido en sus convicciones con la gran tradición estadounidense vaquera y polvorienta, donde esta experimentada pero renovada Jewell recobra el mejor perfil de sí misma. Es algo equívoco el arranque de Alive, pantanoso como una jam de la Creedence Clearwater Revival, pero más áspero de lo que llegará a continuación. Que son una soberbia colección de baladas arrastradas y desencantadas, profundas como abismos y dolientes con esas guitarras y pedal steel que parecen recogidas en plena canícula y en lo ancho del Oeste yanqui. Es el caso de Outsiders o Silver wheels and wings, canciones escritas y grabadas ahora con las que también nos habríamos enamorado si una Emmylou Harris devastada las hubiese escrito y grabado cuatro o más décadas atrás.

 

En realidad, y más allá de los paralelismos con la diva de Elite hotel o Pieces of the sky, este Get behind the wheel se asemeja a veces al disco que hoy podríamos soñar de Lucinda Williams y que la propia Lucinda no acierta a entregarnos. Jewell se definió en su día como una reina de los acordes menores, y esa suerte de rockabilly guitarrero que es Lethal love vuelve a refrendarlo. Y si a alguien le quedan dudas sobre su capacidad para la belleza sombría, que reincida en Come home soon y se deleite con esa intersección entre el soul y el jazz que acaba adentrándose en la psicodelia. Los paseos por las tinieblas son así: inciertos pero, ante todo, estremecedores.

 

______

Eilen Jewell es la estrella principal del Huercasa Country Festival, que se celebra en Riaza (Segovia) el viernes 14 y el sábado 15 de julio. Su actuación está programada para el día 15 a las 20.45

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *