Convertida involuntariamente en la banda de nombre más paradigmática para este último año y medio, The Vaccines aborda, quién sabe si en concordancia con estos tiempos tan tremebundos, un ejercicio de escapismo en toda regla. Back in love city es un estallido de felicidad, hedonismo, espíritu sarandunguero y saltos potenciales concebido como si nada hubiera pasado. ¿Alguien sabe si en el mundo ha sucedido algo perturbador, inquietante o dramático últimamente? A juzgar por lo que podemos escuchar aquí, lo más relevante es la prolongación de los horarios nocturnos fuera de casa y el suministro de píldoras mágicas que, como en la portada, encierran corazoncitos para su incorporación directa en nuestro torrente sanguíneo. Encantador, ¿verdad?

 

En realidad, la fiesta exaltada que propone sin disimulo esta entrega no deja de ser también una enérgica toma de posición. Nuestros londinenses nunca han renunciado a ser ellos mismos durante toda esta década, que conste, y la inmediatez punk-rock de la instantánea Jump off the top, invitación expresa al brinco, entronca por vía directa con Werckin’ bar (Ra ra ra) o Post break-up sex, las píldoras más memorables –ya que seguimos hablando de pastillitas– en aquel fulminante estreno que fue hace ahora 10 años aquel primer LP, What did you expect from The Vaccines? Han sido dos lustros y cinco álbumes, con el que ahora nos ocupa, en los que hemos podido corroborar que The Vaccines no se podían esperar todos los colores del espectro, pero sí los más chillones. Y Back in love city es inagotable en ese sentido. A la altura del quinto corte, cuando pensamos que asoma al fin un respiro en forma de balada (Paranormal romance, el espejismo dura exactamente 28 segundos. Y le sucede lo mismo a People’s republic of desire: su sosiego inicial es un trampantojo que oculta lo más gritón, gamberro y divertido del lote.

 

El Joker de Joaquin Phoenix habría podido bailar divinamente al ritmo de Savage, un evidente trasunto de Rock and roll, part 2. Es cierto: cualquier cosa que acontezca a lo largo de estos frenéticos 46 minutos ya la hemos escuchado antes. ¿Algún problema? Las ínfulas electro-pop del tema inaugural (y titular) provienen de los ochenta y Headphones baby es lo más festivalero de todo este 2021, pero en realidad los 13 cortes de Back in love city parecen concebidos para desgranarse sin excepción sobre los escenarios, lo que hará tambalearse más de un título hasta ahora ineludible en los repertorios para el directo.

 

¿Se imaginan un cartel compartido por The Vaccines, Arctic Monkeys y Kaiser Chiefs –pongamos por caso–, con guiño nostálgico en forma de Blondie, para alguna explanada multitudinaria en el verano de 2022? Ya podemos ir haciendo acopio de energías: no hay cuerpo que resista semejante chute de vitalidad.

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